HUESCA | El Huesca ha recuperado el pulso de su afición esta temporada. Hidalgo y sus jugadores han sido capaces de levantar a su hinchada de un largo letargo. No se respiraba tanta ilusión en El Alcoraz desde el descenso de Primera División con el Valencia con Francisco en el banquillo. Tras tocar el cielo, los premios de haber catado la élite fueron muy exigentes con los equipos que pasaron por las manos de Míchel, Pacheta, Ambriz, Xisco o Cuco Ziganda. Este año, cuando peor estaba la situación económica es cuando más unido ha estado El Alcoraz.
El Alcoraz pidió primero la salida de Rubén García y cuando cayó el director deportivo fueron a por la directiva que acabó su etapa la pasada temporada e incluso le llegó a salpicar a Ziganda. El caldo de cultivo que recibió en herencia Hidalgo fue muy difícil de gestionar. El técnico catalán fue capaz de dar cordura y pudo implicar a una plantilla que se alineó con sus pensamientos. Tras salvar la pasada temporada este curso quiso dar un paso adelante y lo logró.
Sin embargo, el pasado verano solo lo pueden relatar las personas que lo vivieron en primera persona. El Huesca firmó a jugadores sin dinero y sin saber si los podría inscribir. Una locura que disolvieron Manuel Ollé y Lasaosa con las ayudas de Costa y Arqa. Gracias a ellos llegó un crédito convertible en acciones que permitió a los oscenses hacer una ampliación de capital. Por primera vez desde Viñuales, un ente privado metía dinero en el club.
La temporada del Huesca
Hidalgo logró completar un inicio de ensueño. Desde el primer momento los azulgranas dieron que hablar. La estrategia y la defensa armaron las primeras jornadas. El salto definitivo en la clasificación fue cuando el entrenador se inventó a un delantero diferencial. Soko se convirtió en el jugador revelación a base de velocidad y goles. Al camerunés le secundó un Dani Jiménez estelar. El portero posiblemente haya sido el mejor jugador de los azulgranas.
Sin embargo, las lesiones y sanciones mermaron al equipo oscense. Ese bache lo pudo superar el Huesca en la primera vuelta, pero en la segunda cayó en picado. El partido cumbre fue el del Racing de Santander en El Alcoraz. La expulsión de Loureiro revisada por el VAR, el error enorme de Pulido uniendo sus manos como si estuviera expulsado y la lesión de Dani Jiménez sentenciaron las opciones del ascenso directo. Las posibilidades de Playoff se fueron en Albacete con los dos goles fuera de tiempo de Kofane. Ya sin fuerzas y con pocas posibilidades se acabaron las opciones en Cádiz en un partido en el que el Huesca dejó de creer.