El interés fue veloz y el Zaragoza encontró en la oferta de la Cultural Leonesa un alivio necesario, más margen para actuar en la última semana. Hoy este medio le añade un detalle fundamental a la información: Iván Calero prepara ya sus maletas. Y no es una metáfora. La secuencia, sin ir más lejos, ha sido captada por una cuenta de twitter: Delfín Rivas.
Calero llegó a Zaragoza el curso pasado, después de que el club pagara más de 300.000 euros por su fichaje al Cartagena. En sus primeros pasos pareció un futbolista sólido, un lateral completo y sin fisuras. Como todo el equipo, se quebró mediada la temporada, derrumbado por el fútbol. Herido en su confianza, Calero dudó de sí mismo y se equivocó un día sí y otro también en lo más sencillo. Pareció otro y nunca volvió a ser el anterior. Su salida es un acuerdo lógico entre todas las partes, pero también una rendición. El lateral no ha creído que pudiera recuperarse aquí. Y el Zaragoza aprovecha la oportunidad de mercado, quizá convencido también de que no iba a tener una segunda vida en El Estadio Modular.
El Real Zaragoza pretende desmantelar el proyecto anterior a contrarreloj, guardar espacio en su límite salarial. Los dos primeros resultados acentúan las urgencias y Txema Indias debe probar una fama que siempre le ha acompañado. Su capacidad para moverse con acierto en las últimas horas de mercado. Hoy, a una semana larga de que la ventana se cierre, Iván Calero se marcha a La Cultural Leonesa. Y, de hecho, tiene su mudanza preparada.