ZARAGOZA | Iván Martínez acaba de firmar por el Deportivo Yeclano, en su siguiente estación en los banquillos. El técnico busca un nuevo reto lejos de su fútbol original. En Aragón ha probado toda su capacidad en dos lugares muy concretos. Defensor del modelo de cantera, su carrera no se entiende sin el Real Zaragoza y sus años en La Ciudad Deportiva, como jugador y como técnico. Tampoco sin su aventura más reciente, en la SD Ejea, de la que se despidió a principios de esta semana. Ahora elige un proyecto interesante en Yecla, en una experiencia en la que le acompañarán dos de sus mejores confidentes: Víctor Búrdalo y Javi Logedo.
Con la firma todavía reciente, una llamada telefónica devuelve la voz de un técnico especial. Iván Martínez atiende a SPORT ARAGÓN.
Acabas de firmar por el Deportivo Yeclano, ¿qué supone para ti?
Es un reto bonito y especial. Vamos a intentar crecer, evolucionar y dar un paso más en nuestra carrera en los banquillos. Es una experiencia que tenemos que vivir. No sabemos cómo va a salir, pero sí que vamos a trabajar y poner todo lo que este cuerpo técnico siempre ha puesto para que vaya bien.
¿Cuáles son las claves del Yeclano?
Sabemos que es un club humilde dentro del grupo en el que vamos a estar ubicados. No tenemos los recursos que sí tienen otros equipos, pero lo queremos compensar con nuestra pasión por el trabajo. También a través de nuestro conocimiento de los jugadores. Vamos a apostar por futbolistas jóvenes con hambre, que quieran seguir creciendo tanto como lo quiere hacer este cuerpo técnico.
El adiós de Iván Martínez a la SD Ejea
¿Qué balance haces de tu etapa en la SD Ejea?
Hemos estado tres años y medio en Luchán y ha sido un tiempo feliz. Después del fuerte golpe que significó la salida del Real Zaragoza, recobramos la ilusión por entrenar. Descubrimos que el fútbol no se acaba en el Real Zaragoza. Estos años nos han servido para coger esa energía que necesitábamos. Han salido bien las cosas y creo que se ha trabajado muy bien. Como hicimos en la carta, hay que dar las gracias a todos los que han puesto de su parte en el proceso. Especialmente a los jugadores: son ellos los que han confiado en nosotros y han permitido que todo saliera bien. Hemos estado muy a gusto, pero creo que nuestro ciclo se había terminado en Ejea. Por circunstancias no cumplimos el año de contrato que nos quedaba y considero que es lo mejor para ellos y también para nosotros.
Cuando piensas en El Nuevo Luchán, ¿qué imágenes te vienen a la cabeza?
Sobre todo vienen cosas muy bonitas. En primer lugar, el día del ascenso en Illueca. Servía para culminar un buen trabajo de dos temporadas. De las cosas tristes que nos pasaron también saco lecciones positivas. La decepción de no ascender en Ibiza, ante el Penya Independent, nos mostró que íbamos por el buen camino. Y, por encima de todo, está claro que el partido más precioso fue contra el Valencia en La Copa del Rey. Fue la primera vez en la historia que un equipo de Primera División llegaba a Ejea. Se llenó el campo con toda nuestra gente, el ambiente fue espectacular y un día como ese será imposible de olvidar.
¿Crees que se ha valorado lo suficiente tu trabajo en particular y el de los técnicos aragoneses en general?
Creo que los ejemplos hablan por sí solos. Me parece que se le tiene que dar más valor al técnico aragonés. Y no lo digo por mí, sino por el valor que tienen todos los entrenadores aragoneses. Creo que hay bastante nivel en los banquillos de nuestra comunidad y faltan oportunidades para los técnicos de nuestra tierra. Al margen de eso, son decisiones de los clubes y siempre hay que respetarlas. Si apuestan por otros entrenadores, será por algo. Y si tenemos que salir para que se nos valore en otros lugares, hay que coger las maletas e irse para vivir la experiencia.
¿Te parece ese un patrón que se puede ajustar a los futbolistas, con la fuga de talentos como ejemplo?
Creo que cada caso tiene un contexto. Son decisiones de los clubes, de los jugadores y de un momento concreto. Hay muchos factores que juegan en la balanza: el elemento económico, el sentimental o el deportivo. Algunos jugadores han decidido irse en busca de una oportunidad. Otros, como Francho Serrano, han decidido quedarse a pesar de tener ofertas de fuera. Cada uno debe ser dueño de su futuro.
Y a ti, personalmente, ¿te duele la marcha de alguno de esos jugadores?
A mí me fastidia que se pueda aprovechar en otro lugar todo el trabajo que hemos hecho en La Ciudad Deportiva en estos años atrás. Me duele que jugadores a los que yo he entrenado tengan que abandonar su sueño de siempre: jugar en el primer equipo del Real Zaragoza. Y me fastidia porque me gustaría ver un Real Zaragoza con un patrón similar al que tienen Real Sociedad, Athletic de Bilbao o Celta de Vigo, con muchos jugadores de la tierra. Para eso hemos trabajado. Y si antes decíamos que el talento aragonés en los banquillos debe ser más valorado, con los jugadores debería pasar lo mismo. Creo que en la cantera hay calidad y talento de sobra para ascender al Real Zaragoza. Pero para eso hay que creer en el modelo: tienen que confiar en ellos.
Iván Martínez y una vida en el Real Zaragoza
De tus años en el fútbol de formación también tendrás grandes recuerdos…
Esos recuerdos son muy positivos, imborrables. Hicimos historia con el Real Zaragoza Juvenil, fuimos campeones del grupo 3 y logramos en Vigo el título en La Copa de Campeones. Disfrutamos del premio de disputar la Youth League en La Romareda y metimos en el estadio a más de 10.000 personas para apoyar a un equipo juvenil. Esas imágenes son para siempre y hacen que te sientas valorado, feliz por demostrar el talento y el trabajo que hay en la cantera del Real Zaragoza.
De ese trabajo quedó una huella en tu paso por el primer equipo…
Exacto. El objetivo de La Ciudad Deportiva es formar jugadores para el primer equipo. Cuando nos dieron la oportunidad de estar ahí, nosotros sí que creímos en Francho Serrano, en Iván Azón, en Alejandro Francés. No podemos olvidar que han sido jugadores muy importantes en la salvación del Real Zaragoza en estos últimos años. Y no solo ellos, por el primer equipo han pasado Marcos Luna o Luis Carbonell por citar algunos ejemplos. También Pau Sans como el último descubrimiento…
¿Qué tiene Francho Serrano que no tengan los demás?
Francho es la inteligencia táctica. Tiene una cabeza privilegiada. Entiende el partido, tiene una percepción completa de lo que pasa. Siente el escudo como el que más y sabe lo que es vestir la camiseta del Real Zaragoza. Al final, es exactamente por eso por lo que se ha quedado.
Cuando piensas en tu paso por el primer equipo, ¿lo haces con una sonrisa o te pasa como al resto?
Está claro que cogimos el primer equipo en una situación muy delicada, probablemente en una de las peores de toda la historia del Real Zaragoza. Para nosotros era un sueño entrenar al primer equipo, no podíamos decirle que no. Sabíamos que no era el mejor momento. Lo dimos todo, pero no llegaron los resultados. Entrenamos de la mejor manera posible y creo que el equipo estaba empezando a mejorar, pero este deporte se entiende desde los resultados. Y está claro que si solo ganamos un partido de ocho, había que tomar una decisión. Se tomó y la respetamos, con la intención de hacer lo mejor posible en lo que vino después: el filial.
Al acabar esa temporada llegó una salida traumática del Real Zaragoza y, al poco tiempo, la oportunidad del Ejea. ¿Qué crees que has conseguido en esta etapa en Luchán?
Estos años nos han servido para seguir formándonos como entrenadores, para saber qué cosas hemos hecho bien y qué cosas hemos hecho mal. Ese aprendizaje se extiende tanto a la dirección de los partidos como a la construcción de las plantillas. Los resultados siempre nos han acompañado y eso demuestra que hemos acertado más de lo que nos hemos equivocado. Creo que se han hecho las mejores temporadas en la historia de la SD Ejea. Hemos conseguido récords y muchas victorias. Y, sobre todo, hemos aprendido mucho.
Iván Martínez y un reto en Yecla
En esa aventura te acompañaron muchos zaragocistas, Rodri Val, Sergio Carrasco, Isma Fadel, los hermanos Sola, Luis Carbonell…¿te llevas a alguno a Yecla?
Sí, alguno va a venir. No puedo dar nombres pero alguno vendrá. ¿Por qué elegí zaragocistas? Porque a algunos los había entrenado y consideraba que no habían dado todo el fútbol que tenían dentro. Apostamos por ellos en Luchán y han demostrado el nivel que tienen. No hay nada más importante que la confianza. Nosotros mostramos esa confianza y el jugador también la tenía en el cuerpo técnico. Ese es el nexo común más importante. Los jugadores crecen y nosotros lo hacemos con ellos.
¿Hay posibilidades de recuperar a Luis Carbonell o lo ves como una causa perdida?
Creo que con la lesión que tiene en estos momentos va a ser muy difícil que le veamos ya en el fútbol profesional.
¿Qué es lo que más vas a echar de menos de Zaragoza?
Lo primero es evidente: mi familia. También a la gente que viene al Fútbol Indoor de Cuarte y los partidos que jugamos ahí, las personas con las que convivimos en el día a día. Echaré de menos todo eso, pero hay que entender la situación en la que estamos. Burda y yo tenemos 42 años, somos jóvenes para salir de casa y nos ha llegado esta oportunidad. Era el momento de aprovecharla. Lo vamos a intentar. Si sale bien, adelante. Y si sale mal, volveremos a casa con las mismas ganas con las que estamos cogiendo este proyecto.
¿Uno empieza a ser entrenador en algún punto o, en el fondo, lo fue siempre?
Puede que sea una mezcla de las dos. Yo empecé con 19 años y tengo 42. Y es posible que siempre lo tuviera dentro.
Para la gente de Yecla, ¿qué tipo de entrenador es Iván Martínez?
Creo que soy muy metódico, muy profesional. Me gusta tener controlados todos los detalles, ser muy cercano con los jugadores. Me gusta saber todos los detalles, lo bueno y lo malo, para poder sacar el máximo rendimiento de ellos. Y me gusta entrenar mucho. Quiero trabajar todos los matices para encontrar lo que todos buscamos: los mejores resultados.
¿Crees que alguna vez volverás al Real Zaragoza?
Es muy difícil. A mí me gustaría. He estado 7 o 8 años como jugador y 7 o 8 años como entrenador. He pasado unos 14 años defendiendo esa camiseta, desde el césped y el banquillo. Creemos que algún día podremos volver. Sospecho que las cosas se podían hacer mejor de lo que se están haciendo. Y ojalá este sea el año en el que, de una vez por todas, se pueda ascender. Nos vendrá bien a todos, para solucionar los problemas de los que hemos hablado. Para evitar la fuga de talentos en La Ciudad Deportiva, para que venga muchos de los jugadores que no han querido venir, para que más sponsors apuesten por el club. Ojalá que, antes de que volvamos nosotros, el fútbol devuelva al Real Zaragoza al lugar que se merece: la Primera División.