ZARAGOZA | El Real Zaragoza elige una novedad de cantera para su convocatoria. Se trata de Jaime Sánchez Rubio, lateral derecho, que ha cumplido este verano 19 años. Nacido en 2006, es un defensor versátil, hecho de voluntad y de pura resistencia. El curso pasado llegó a hacer habitual una anomalía: jugar dos partidos en un mismo fin de semana. Alternaba el DHJ de Javier Garcés con el filial de Emilio Larraz y siempre pareció un fondista en el lateral. Disciplinado, aplicado, responsable.
Jaime Sánchez Rubio representa la cultura del esfuerzo, el trabajo silencioso. Zaragocista de cuna y forofo incondicional, es un futbolista de equipo, un jugador que parece fabricado en el molde de todos los entrenadores. Capaz de actuar en los dos perfiles y con buenos registros físicos, su progresión le ha llevado a estar en la dinámica del filial. También a entrar hoy en las cuentas de Gabi Fernández. Incansable, su juego no está hecho de un talento llamativo, pero sí de una voluntad sostenida, de un compromiso total. Del colegio Sagrado Corazón de Jesús, brilló en su paso por un equipo con gran tradición en el fútbol zaragozano: El Salvador. Con huellas también en el Casablanca, siempre admiró a Alejandro Francés y consideró al Zaragoza como el equipo de su vida.
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Mucho esfuerzo después, Jaime Sánchez-Rubio ha encontrado un lugar en el desierto de esta defensa. Y la forma en la que ha entrado en la convocatoria también le define. El chico ha entrenado durante la semana con el primer equipo. No le han seguido portadas ni señales de alarma, pero sí una consideración especial de su entrenador, que le tendrá en su recámara. Todavía por hacer, hoy Jaime Sánchez Rubio da un paso especial: con su convocatoria cumple el primer sueño de toda una vida.