ZARAGOZA | El Real Zaragoza acaba de anunciar el adiós de Jair Amador. La finalización de su relación contractual se produce en viernes, en el día en el que pasan las cosas últimamente. Jair se va cinco temporadas más tarde, 9 goles después. El central alargó su camino en Zaragoza más de lo que estaba previsto y pasó de ser un descarte en el inicio de curso a una pieza esencial en la salvación.
Especialista y defensor de área, en su cierre deja las mismas huellas de siempre: sus aciertos y sus errores, sus virtudes y sus defectos. Tembló en el suelo y ganó siempre en el cielo, hasta afianzarse en el tramo final de la competición. Con Gabi se rehízo, para dominar en partidos puntuales el área contraria y la propia. En sus últimos trazos logró el triunfo ante el Mirandés y el gol que permitió el empate ante el Eibar.
Cómodo en Zaragoza, feliz en la ciudad, tendrá opciones en Segunda División y cartel en el extranjero. Buscará hoy su penúltimo contrato, la opción de alargar su fútbol como aquí estiró sus pasos. Jair fue capaz de cambiar su suerte y de gobernar el aire. Fue un defensor que se especializó en defender. Profesional, trabajó en silencio y volvió a volar con Gabi. Aunque siempre supo que sería por última vez.