ZARAGOZA| El nuevo proyecto del Real Zaragoza se comienza a dibujar a través de las salidas. Si la entidad zaragocista quiere armar un equipo sólido y competitivo hasta el final, modificar y mejorar todas las líneas de la actual plantilla se erige como un aspecto tan importante como complicado. Zonas como la zaga requieren de numerosas variaciones, pues buena parte de la agónica situación del Real Zaragoza durante el grueso de la temporada se explica a través del bajo rendimiento de la misma. Es por eso por lo que Txema Indias ya trabaja para dotar de una mayor fiabilidad a la parcela defensiva. Una de las primeras decisiones que el donostiarra deberá tomar es aquella referente a Jair Amador.
Durante la competición, el defensor de 35 años ha experimentado todas las caras del fútbol, viviendo una temporada extraña, de tenues luces y sombras alargadas. Con pie y medio fuera del conjunto aragonés en las dos últimas ventanas de traspasos, el luso-caboverdiano pasó del más frustrante de los olvidos a convertirse en el activo indiscutible de una defensa que hacía aguas por todos lados.
Jair, a base de explotar una serie de mínimos, aportó registros carentes en los demás componentes de la línea defensiva. Combinó errores infantiles con goles épicos, mezcló también la potente presencia de un coloso con una nula capacidad de defender a campo abierto. Tal y como mencionó Gabi Fernández en rueda de prensa en referencia a la situación de Jair Amador, «si volvemos a contar con la misma plantilla, sería lo mismo». La palabras del técnico madrileño parecieron abrir de par en par la puerta de salida a un tipo que ha defendido la elástica zaragocista en 164 ocasiones repartidas en cinco temporadas.
