ZARAGOZA | El Real Zaragoza esperó durante todo el verano la decisión de Paul Edgar Akouokou, que eligió Zaragoza en el último día. En ese punto, el Granada había pujado fuerte por él, pero pesó la insistencia de Txema Indias y de Gabi Fernández, en un fichaje que involucró a todas las partes de la estructura deportiva. Al mediocampista marfileño se le asigna un lugar estratégico en el plan del Zaragoza. Debe ser la pared maestra, también el coche escoba. En la elección de Akoukou siempre hubo una voluntad original: volver a España, al país que le llevó a la élite.
La vida de Paul Edgar Akoukou cambió por completo en 2018, en el momento en el que el Real Betis le reclutó para su estructura. Formado en la escuela JMG Academy, de niño soñó con ser Yayá Touré. Con la edad de un adolescente, ya era un nómada del fútbol. Había vivido experiencias en Tailandia, en el Ekenas finlandés y en el Hapoe Rishon y Beitar de Jerusalén. Aquel verano inició un período de prueba en la cantera bética. Le acompañó un amplio abanico de futbolistas, pero solo se quedó él. Alguien se fijó en sus condiciones y decidió que debía formar parte de su proyecto en el filial del Betis. Fue José Juan Romero, hoy técnico del Ceuta.
⚽️🦁 ¡Así vivimos el cierre de mercado del Real Zaragoza!
El entrenador sevillano descubre para SPORT ARAGÓN las condiciones de un mediocampista de puro músculo, especialista en la recuperación: “Paul Akouokou es un pivote defensivo, un mediocampista completo. No está exento de fútbol y puede ocupar también el carril central de la defensa. Es un futbolista que domina la faceta defensiva a la perfección y que puede jugar solo o acompañado. Si se le da campo, también tiene buena llegada”.
El descubrimiento de Paul Akouokou
José Juan recuerda hoy su aparición en la cantera bética, el punto en el que conoció al marfileño: “A Paul me lo trajeron para probar, para verlo en la época en la que yo estaba en el filial. No tenía ni permiso ni papeles ni nada y un agente quería que lo viéramos. De todos los futbolistas que llegaron, fue el que más me llamó la atención y en el que más hincapié hicimos. Era dominante desde lo físico, un ganador de duelos. No tardamos en decidir su incorporación, aunque costó completar su fichaje. Tuvimos que dejar que volviera a Finlandia, donde se encontraba, para cerrar la operación. No fue un proceso sencillo. Pero hubo que aguantar. Y lo hicimos porque creíamos que era un futbolista que nos aportaría mucho en el filial y que tenía potencial para el primer equipo”.
Resuelta la burocracia, Akoukou progresó en el filial bético hasta alcanzar el primer equipo. Destacó como un futbolista agresivo, un mediocampista de puro pulmón. Encadenaba esfuerzos y cumplía una idea moderna: era capaz de defender hacia adelante. En ese proceso, la intuición de Romero fue clave en su desarrollo, también el germen de una relación especial: “Paul no hablaba el castellano, hablaba en francés y también algo de inglés. Con el idioma se producían situaciones divertidas, porque él es gracioso y muy buen chico. Y en el campo fue capaz de entenderme siempre: comprendió lo que yo quería de él y yo supe lo que él quería de mí. Todavía hoy mantenemos una relación espectacular y sigo pendiente de sus partidos”.
Vicios y virtudes
Impulsivo, su carrera no tuvo fronteras ni su fútbol límites, en lo bueno y en lo malo: “A veces va excesivamente duro y eso le hace ser amonestado con bastante frecuencia. Sin ser excesivamente rápido, tiene muy buenos registros físicos. Es potente. No tiene un gran golpeo en largo ni destaca por su nivel técnico. Pero lo compensa con su desarrollo defensivo y con un esfuerzo total, que nunca se acaba”.
Su progresión hacia el primer equipo y sus dos años en el Benito Villamarín le hicieron alcanzar el Olympique de Lyon, donde su evolución se detuvo. Sin la regularidad que buscaba, su regreso a España se entiende también desde esa posición. José Juan Romero analiza las claves de ese proceso: “La Liga francesa es complicada y el nivel de exigencia en el que ha jugado también. Paul Akouokou es un futbolista al que hay que entender, al que hay que adaptar a un modelo. No creo que cualquier jugador pueda desempeñarse en cualquier lado o cualquier categoría. Y aunque haya jugado menos, siempre que lo ha hecho ha sabido demostrar su carácter y su fútbol. Eso es algo que le define. Independientemente del partido que sea, él va a ir siempre de la misma manera. Nunca le va a faltar personalidad ni actitud para jugar en cualquier escenario”.
En el cierre de la conversación, José Juan Romero valora su fichaje por el Real Zaragoza. Descubre también que es un paso esencial en su carrera, el lugar desde el que puede reencontrarse: “Paul Akouokou se siente muy cómodo en el fútbol español y llega a un gran club, a un equipo de mucha solera. Con su fichaje regresa al foco, al punto de mira del fútbol. Y le va a dar mucho al Zaragoza”.