ZARAGOZA | Kervin Arriaga no formará parte del Real Zaragoza que viene. El futbolista hondureño se ha despedido del equipo que le acogió en el mercado invernal, en una carta que hizo pública en sus redes sociales. Se cumple así un secreto a voces, una de las primeras decisiones trascendentales de Txema Indias, que sigue fiel a su hoja de ruta y continúa trabajando en las salidas. Su idea es aligerar una masa salarial que le permita trabajar con los recursos necesarios para poder acometer incoporaciones interesantes.
Como se puede adivinar por su perfil y como se mostró en su presentación, Txema Indias es un hombre de convicciones fuertes. Desde su llegada tiene clara cuál es su misión en Zaragoza y cuáles son los pasos que tiene que seguir. También tiene claro que la salud económica del Real Zaragoza está por encima de todo y que los grandes éxitos los consiguen las plantillas y no los jugadores. Como ya avisó, la continuidad de Kervin Arriaga era objeto de deseo para el club, pero no a cualquier precio. Un pacto verbal acordado en el mercado invernal y que el club aragonés incumple por considerarlo una irresponsabilidad económica. Llegados a este punto y tras no haber podido llegar a un nuevo acuerdo con el Partizán ni con los agentes del jugador, la dirección deportiva ha tomado la determinación de que lo mejor para el Real Zaragoza es no ejecutar la opción de compra sobre el hondureño.
Kervin Arriaga y un guiño final
Así se llega a la resolución de un caso que fue un expediente, que cierra el futbolista con su voz y su mensaje: «muchas gracias por el apoyo que me habéis mostrado en cada partido en los que he tenido el honor de vestir esta camiseta». En el cierre del mensaje se añadieron también dos ideas fundamentales: «estaréis siempre en un rincón de mi corazón: hoy no os digo adiós, prefiero deciros hasta otra».
En el plano deportivo, está claro que el Real Zaragoza deja escapar muchas cosas. Solo media temporada después, Gabi Fernández pierde al que fue su mejor guerrero en los momentos de la verdad. Quien puso el alma y el corazón para conseguir el objetivo con el que vino: salvar al Real Zaragoza del descenso. Y así lo hizo. Como central o como mediocentro, Kervin lo dio todo por el escudo del león. Se mostró como un ganador de duelos, como un pulmón incansable, como un motor para los suyos. Pero quizás le faltó lo más importante: querer jugar en el Real Zaragoza por encima de todas las cosas. Su adiós solo ofrece una única explicación: El Real Zaragoza no pudo llegar a lo que pedían por Kervin y Kervin no quiso llegar donde el Real Zaragoza sí podía.