Con el retorno de los entrenamientos, tanto él como sus compañeros vuelven a «hacer los que más nos gusta, a disfrutar y poco a poco a la normalidad». Con su punto de vista privilegiado, ha alabado la forma en la que la plantilla se ha cuidado durante la cuarentena: «Hemos hecho todo lo posible para llegar a este momento bien. Estamos dando todo en el campo. Veo nuestro trabajo, el nivel de compromiso y exigencia, como ha llegado la gente de la cuarentena y es impresionante«.
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El trabajo por bandera
Los objetivos a nivel grupal son los más ambiciosos. La clave para alcanzar el puesto «más alto posible» será el nivel de juego ofrecido por el equipo y que, por lo tanto, «dependemos de nosotros mismos, podemos hacer grandes cosas«. Esto, sin embargo, no será fácil: el calor aprieta y las condiciones para competir han cambiado, con los estadios sin afición, los 5 cambios y las pausas de hidratación. Sobre el nuevo fútbol que se viene, el joven ex del Rayo trató de relativizar la situación: «será una situación atípica a la que adaptarse, con temperaturas elevadas. Lo estamos notando, pero es lo normal, es lo que toca».
Desde un punto de vista más personal, Kike tiene claro que la opción de participar en el día a día de la plantilla de la SD Huesca puede ser muy beneficiosa: «es impresionante poder aprender de todos nuestros compañeros, de jugadores enormes que han competido en primera división. Aprender con ellos, entrenar, fijarte tanto dentro como fuera del campo es una oportunidad que hay que aprovechar».