HUESCA | Como si cada minuto contara el doble. Así afronta la SD Huesca Femenino esta recta final de temporada, en la que cada jornada es una final, y cada partido, una oportunidad para seguir en la pelea por la permanencia. Este domingo a las 12:30 horas, las azulgranas recibirán al Real Avilés en la Base Aragonesa, con un único objetivo: ganar y respirar.
Con solo tres jornadas por disputar, el calendario ofrece al equipo oscense dos encuentros consecutivos en su feudo, una circunstancia que puede resultar clave en la lucha por evitar el descenso. Con apenas un punto de margen sobre la zona roja, el duelo de este domingo se presenta como una oportunidad de oro.
“Somos conscientes de que cada partido es clave”, asegura Verónica Rodríguez, entrenadora del equipo. “Tenemos la suerte de jugar dos partidos seguidos en la Base y debemos aprovecharlo. Contar con nuestra gente puede marcar la diferencia”, insiste la técnica, que apela al empuje de la afición para que el equipo dé ese paso definitivo hacia la salvación.
El Real Avilés llega al choque desde una situación más desahogada. Ocupa la novena plaza, con diez puntos más que las azulgranas, y sin urgencias clasificatorias. En su último partido, cayeron ante el Zaragoza CFF, pero el conjunto asturiano ha demostrado durante la temporada ser un rival competitivo, incómodo y capaz de adaptarse bien fuera de casa.
Fortaleza mental, factor diferencial para el Huesca
Tras dos derrotas consecutivas, la SD Huesca Femenino necesita más que nunca recuperar sensaciones y reencontrarse con la victoria. “Sabemos que el Avilés es un equipo complicado, pero estamos preparadas para darlo todo. Esta es una oportunidad que no podemos dejar pasar”, afirma Verónica Rodríguez.
Con el corazón en juego, el equipo debe hacer valer su fortaleza mental. “No podemos dejarnos llevar por la ansiedad. Hay que centrarse en lo que sabemos hacer y confiar en el trabajo”, concluye la entrenadora, convencida de que el grupo está preparado para dar la talla en este momento decisivo.
Este domingo, la Base no solo será un estadio. Será un lugar de resistencia, de aliento y de esperanza. Porque la permanencia se juega también en la grada, y porque en partidos así, la afición también suma puntos.