ZARAGOZA | Tras un primer mes marcado por el ágil desempeño en el ámbito de las salidas, Txema Indias cerró la primera de las incorporaciones del mercado veraniego. En un ejercicio de máximo sigilo, el donostiarra venció en una carrera múltiple y logró la contratación de Sebas Moyano, sin equipo tras haber finalizado su contrato con el Real Oviedo. Pese a que Moyano recala en el conjunto aragonés tras un año poco productivo en cifras, su fichaje ayuda a comprender los primeros pasos del Director Deportivo del Real Zaragoza.
La llegada del extremo no solo refleja un movimiento significativo en el mercado de Segunda División, sino que también descubre la metodología de Indias. Discreto en la mayoría de sus acciones, solo él parece conocer sus cartas, sus mejores trucos. Cauteloso de cara al exterior, sus operaciones guardan elementos de secreto y sorpresa, como un juego de pistas que nadie sabe resolver. Con el fichaje de Moyano, se revela también una tendencia, un perfil recurrente en los mercados de Txema Indias. Relegado a un segundo plano en Oviedo, el cordobés ejemplifica la figura de un futbolista en plena madurez futbolística, polivalente en el último tercio y distinto en muchos registros. Moyano se erige como un activo de encaje, una pieza que puede hacer funcionar al resto.
En un mercado competitivo y en constante movimiento, la del atacante no es la primera operación llevada a cabo a través del sigilo. A pesar de que corrían rumores de una posible salida, nadie conocía el destino final de Bernardo Vital, ni siquiera se percibía cercano. Ambas noticias coinciden en lo sorpresivo, muestran las primeras cualidades de Txema Indias y destapan una corriente de prudencia y sigilo.