ZARAGOZA | El frío dato describe algunas claves de este Real Zaragoza, en un juego que nunca será una ciencia, por mucho que arroje parámetros tangibles. Antes de seguir, conviene hacer una aclaración. La estadística merece siempre una interpretación cuidadosa. Y mucho más si se aplica en la cuarta jornada, donde los patrones cambian cada día y, por tanto, también las clasificaciones y sus metas volantes. Un ejemplo. Según las cifras que recogieron compañeros de este medio la semana pasada, el Real Zaragoza era uno de los equipos con mayor índice de goles esperados. Hoy, según Driblab, ha descendido a la novena posición solo un partido después. Se mantiene, eso sí, entre los equipos que peor balance tiene entre los goles que pudo marcar y los que acabaron entrando. En ese listado es el tercer peor equipo de la división.
Partimos de la estadística más importante: la clasificación. En la cuarta jornada, que hoy es más provisional de lo que nunca volverá a ser, el Real Zaragoza ocupa el puesto 18º. Ha sumado dos empates y dos derrotas, con 3 goles a favor y 6 en contra. El resto de las cosas parecen más secundarias. En cualquier caso, pueden arrojar pistas sobre los secretos de este equipo o claves cifradas del juego.
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Goles y disparos
El registro de los goles esperados tiene una explicación más universal, que nace de las ocasiones, la cantidad de disparos y la claridad de las dos cosas. El Zaragoza es el quinto equipo de la categoría que más ha disparado hasta la fecha: con 50 intentos totales para solo 3 tantos. A ese dato hay que añadirle también otro matiz, 14 de esos disparos acabaron entre los palos. La estadística ha descendido con el paso de los partidos, a medida que Gabi Fernández ha intentado construir una armadura para su equipo.
El Real Zaragoza sumó 17 disparos totales (4 a puerta) ante el Sanse, 12 (6 a puerta) frente al Andorra, 12 (2 a puerta) ante el Castellón y cerró la cuarta jornada con 9 intentos (2 a puerta) ante el Valladolid. Como el fútbol es cuestión de acierto, el Zaragoza logró marcar en dos de los días en los que menos disparó. La estadística no puede explicar tampoco los conjuros que le impidieron marcar al Zaragoza en Anoeta o en su mejor tramo ante el Andorra en El Estadio Modular.
El Real Zaragoza y sus opciones en contra
En esos registros también cabe otro reverso muy gráfico: las opciones que el Zaragoza ha concedido en este tiempo. Quizá el mejor ejemplo de las mil paradojas llegó ante la Real Sociedad B. El equipo donostiarra solo disparó una vez entre los palos y lo hizo para marcar. Cuestión de efectividad. El Andorra, por su parte, disparó 16 veces totales ante el Zaragoza y 10 de ellos fueron a puerta, con 3 goles como premio. El Castellón sitió el área del Zaragoza, bloqueada en una línea de tres centrales, para disparar 14 veces y alcanzar en 4 ocasiones la portería de Adrián. Solo marcó una vez, en el día que el Zaragoza más cerca estuvo estadísticamente de perder. El Valladolid necesitó solo 3 disparos a puerta y 9 intentos totales para igualar el gol que había marcado Dani Gómez tres minutos antes. Fútbol, respondió alguien.
El quinto equipo con más remates intentados es también el séptimo que más disparos a puerta concede. El Real Zaragoza es además el sexto de todos los equipos de Segunda División que peor balance registra en esa variable, entre el peligro que le provocan y los goles que encaja. Basta revisar unos matices para entenderlo todo mejor: ocupa el mismo lugar en tantos recibidos hasta la fecha (sexto con 6 goles y uno muy similar en cuanto a los remates a puerta que permite, séptimo).
Cuestión de estilo
A vueltas con el estilo, el Real Zaragoza pareció ante el Valladolid un equipo más reconocible, más cercano también al discurso de su entrenador. El cambio de modelo, la idea de hacer un equipo sólido, parapetado en un bloque bajo, se ha ido fraguando en las últimas jornadas. De la zaga adelantada de Anoeta hasta la defensa de área practicada en Castellón y ante el Valladolid. Hoy el Real Zaragoza es el segundo equipo de la categoría que más bajo defiende, solo por detrás del Ceuta. El último defensor está situado a una media de 25´7 metros de su portería. Eso se traslada en una idea que siempre pareció peligrosa: es el séptimo grupo que más toques en área propia permite de toda la Segunda División.
Para reafirmar su propuesta, sirven otros datos. El Zaragoza es el tercer bloque que más directo juega de la categoría, por detrás de Real Valladolid y Córdoba. Su fútbol vertical se explica a través de más factores claves. Hasta la fecha es el cuarto equipo con mayor número de conducciones, en una idea que se basa en ser vertical y trasladar el peligro de un territorio a otro. La intención admite también una lectura amplia, basada en las lagunas iniciales de la plantilla. El decimoquinto club de la categoría con menor índice de posesión es también el tercero que más pérdidas peligrosas suma en este inicio (29 en total).
Una prueba de nivel para el Real Zaragoza
A estas alturas de la competición, cualquier conclusión es prematura. Sí que conviene hacer una reflexión concreta respecto a un aspecto del juego esencial en Segunda División: el balón parado. Nadie sufre tanto como el Real Zaragoza en esa suerte, con el mayor índice de peligro concedido.
Precisamente en esa faceta es donde el equipo de Gabi Fernández debe incidir, en un progreso basado en el trabajo específico, la tensión y en la atención por los detalles. Su plantilla parece a estrenar, mucho más con los fichajes llegados en el último día, pero solo el Albacete le supera en la lista de goles recibidos en estrategia. Casualidad o no, el cuadro manchego será su próximo rival. Y el equipo ante el que el Zaragoza debe modificar todos sus registros.
El próximo lunes parece un día ideal para romper las estadísticas.