ZARAGOZA | Dani Cárdenas nunca estuvo tan cerca del Real Zaragoza, próximo a cumplir el deseo de Txema Indias para la portería. El club pretende cerrar los términos de una cesión que pudo darse por perdida. Indias supo pronto que debía madurarla en el verano y el tiempo hizo vencer algunas líneas de resistencia. Ahora quedan por despejar dos variables: el salario que asumen los dos clubes y el relevo de Cárdenas en Vallecas. No es poca cosa, pero parece mucho menos si se compara con todas las fases de una operación compleja, llena de vaivenes.
Dani Cárdenas, un chico de barrio
Txema Indias decidió esperar por un portero especial, largo y lleno de reflejos, que ha dejado huellas en Primera División. La de Cárdenas es una historia emocionante, repleta de humanidad. Nacido en Tarrasa, le define el orgullo de barrio, los recuerdos de La Maurina. Allí desarrolló el sentimiento de comunidad, su sentido de pertenencia y le dio valor a la calle. Su grupo de amigos ha sido un curioso semillero en el fútbol profesional: entre ellos están Dani Olmo o Álex López, que han alcanzado con él la élite de este juego.
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Muchos años antes, el fútbol no había sido una elección, fue casi una prescripción médica. Cárdenas cuenta a menudo que cuando él tenía cuatro años los doctores le recomendaron a sus padres que practicara algún deporte. Sirvió para tratar su pura inquietud, su hiperactividad. Dio sus primeros pasos en el club de su barrio, Maurina Egara, en el que su hermano había empezado a entrenar. Tampoco la portería fue una decisión meditada, sino una de esas elecciones que llegan a la fuerza. Quería ser delantero y lo mantuvo, hasta que la portería le eligió a él. Y Dani Cárdenas no tardó en saber que ese sería su lugar.
Alcanzó el Terrassa FC y pasó por las canteras del FCBarcelona, Unió FB Jabac y RCD Espanyol en los años siguientes. Representó a una escuela moderna, un tipo de portero alto, elástico, capaz de alcanzar las escuadras. Obsesivo, estudiaba a los rivales y quería entender el juego y sus matices. Pero siempre le costó combatir sus impulsos y esperar en el banquillo su ocasión. Quizá la oportunidad más importante de su vida llegó en 2014, cuando se trasladó al Levante en plenas navidades. Superó un período de prueba y desde el juvenil siguió su evolución hacia el primer equipo.
Levante, el sitio de su formación
Construyó su universo en Bétera, en lo que pareció una reedición de su origen: La Maurina. En el Levante encontró un club familiar, que le acogió durante nueve años, y le trasladó a la élite. El debut profesional llegó en 2020, en un momento delicado para toda su familia. No mucho antes su padre había sufrido un ictus. Aquel 27 de noviembre, Paco López escribió el nombre de Cárdenas en una pizarra y el portero se estrenó ante el Valladolid. Unas horas antes, llamó a sus padres para decirles que tenían que ver el encuentro. Su padre todavía no había recuperado el habla, pero pudo trasladar desde el otro lado de la línea telefónica una emoción universal.
Cárdenas se estableció en el primer equipo del Levante y alcanzó un lugar privilegiado: pronto se le consideró uno de los mejores porteros de la categoría de plata. Plástico, con extremidades de araña y un don para aparecer en los momentos importantes. Tres temporadas después, regresó a Primera División. El Rayo Vallecano pagó un traspaso de un millón de euros por el 50% de sus derechos. En sus dos temporadas en Vallecas ha sido querido y ha alcanzado el aprecio de la grada. Él se ha sentido identificado con el barrio, pero no ha encontrado ni la regularidad ni la explosión que buscaba.
En su primer curso, a la sombra de Stone Dimitrevski, le costó aceptar su rol y dejó de disfrutar de su profesión. En su segunda temporada en el Rayo, fue Augusto Batalla el que ocupó el puesto de titular. Pero en ese proceso, de un año a otro, Cárdenas logró recuperarse en lo emocional y el fútbol dejó de ser un motivo de sufrimiento, sí un lugar privilegiado. Eso sí, pronto tuvo claro que quería un nuevo destino, un sitio en el que sentirse importante. Y en esa suerte, nadie mostró tanto interés como Txema Indias.
La última frase ya está escrita en estas páginas: si Dani Cárdenas elige el Real Zaragoza, será para volver a volar.