Dani Jiménez abraza al entrenador de porteros, Adrián Mallén, después de parar un penalti ante el Eibar. Foto: RRSS
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HUESCA | La remontada del Huesca ante el Eibar tuvo como protagonista a Dani Jiménez. El portero fue el héroe al parar un penalti en el añadido que le sirvió a su equipo para sumar dos puntos. El meta de 34 años amagó hacia su izquierda antes de que lanzase Corpas y esperó en el centro de la portería el tiro del jugador del equipo vasco. Luego llegó el delirio de los azulgranas tras el pitido final. Todos abrazaron a Dani Jiménez pero él reveló un secreto muy bien guardado por los azulgranas.
Hay un equipo de trabajo formado por cuatro personas que cuidan todos los detalles de la portería. Dani Jiménez, Juan Pérez, Adrián Pereda y Adrián Mallén. Ellos trabajan durante horas en el campo de entrenamiento, pero también delante del ordenador. La decisión de que Dani Jiménez no se lanzara no fue una intuición, fue trabajo de laboratorio. Entre los tres porteros y su entrenado decidieron como iba a actuar el sevillano en el caso de que Corpas le lanzara un penalti.
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Los cuatro incansables trabajadores estudiaron los 16 penaltis que había lanzado Corpas y sabían perfectamente como los tiraba. Solo había fallado una pena máxima y en El Alcoraz llegó la segunda gracias al estudio concienzudo de los defensores de la portería del Huesca. Las horas extra de los azulgranas se notan en esta temporada. Les han lanzado cuatro penaltis, uno se lo ha parado Dani, otro Juan Pérez, uno se fue fuera de la portería y solo les han anotado uno desde los once metros. Dani Jiménez a nivel personal ha recibido en toda su carrera (más de 300 partidos) un total de 37 penaltis y este sábado paró el tercero de su carrera.
Dani Jiménez valoró el trabajo de los porteros
Dani Jiménez fue el protagonista en la zona mixta de El Alcoraz. El meta quiso valorar el trabajo de sus compañeros: «Tengo que agradecer a este pequeño colectivo. A los raros. A los porteros. Se dan muchas situaciones, pero nosotros las estudiamos y entre todos, llegamos a un consenso», desvelaba el meta de Nebrija.
