Félix Macías y José Luis Conde fueron los encargados de abrir pista tras haber sido primeros en la etapa prólogo y desde el primer momento mostraron sus claras intenciones de no dejar la primera posición. Por detrás, Santiago Carnicer y Ángel Villarrubia intentaban recortar tiempo para acercarse a los primeros, pero a sabiendas de que un fallo en San Gregorio podía ser determinante en la clasificación final.
Uno a uno, los coches fueron completando la especial, la cual, a pesar de algún abandono por avería mecánica, se desarrolló con total normalidad. Una vez terminada la primera especial del día, los equipos retornaban a la asistencia del Circuito Internacional de Zuera para poner a punto sus vehículos de cara a las dos especiales restantes, pero todo el mundo parecía estar más pendiente del cielo que de los propios vehículos.
A falta de un par de horas para que diese comienzo la SS3, la organización mandó al equipo de seguridad a revisar el tramo para asegurarse de la viabilidad de seguir adelante con la prueba. Pero los peores presagios se hacían realidad y se comprobó que el terreno no estaba en condiciones óptimas para seguir adelante con la competición. A pesar del informe del equipo de seguridad, tanto los organizadores como los comisarios quisieron acercarse al tramo para ver con sus propios ojos el estado de los caminos. Y tras las deliberaciones de dirección de carrera, la organización comunicó a los equipos en un briefing extraordinario la decisión de suspender las dos especiales restantes al no poder garantizar la seguridad de los pilotos. Tomada la decisión y tras haberse realizado tanto la SS1 del viernes como la SS2 del sábado por la mañana, la carrera se daría por finalizada contando con los tiempos de ambas especiales.
De este modo, Félix Macías y José Luis Conde se subían a los más alto del podio, seguidos de Rubén Gracia y Sergio Peinado que hacían un magnífico trabajo en San Gregorio, quedando de este modo Santiago Carnicer y Ángel Villarrubia en tercer lugar.