Misma disposición táctica que en las primeras citas ligueras, [4-2-3-1] con la salvedad de la titularidad de Esnáider en detrimento de Guillem Martí. El cambio, lejos de castigar la negativa racha goleadora del balear, fue introducido por las características del rival; equipo muy rocoso que ante las innumerables bajas planteó un partido trabado en la zona defensiva.
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Tyronne fue la otra gran novedad en el encuentro. Terminada su puesta a punto, parece fijo en el once titular de una SD Huesca que creció en cuanto a calidad y movilidad en la mediapunta. La entrada en el esquema del canario obligó al incombustible capitán a caer a banda izquierda. Hecho este que no terminó de encajar en los primeros minutos donde Camacho estuvo muy desasistido en gran parte por el gran momento de forma de Gassama que acaparaba todo el juego en ataque por el extremo diestro.
La solución la tenía el ’10’ en la manga. Dejó el carril zurdo libre para las acometidas del lateral Morillas y se desplazó a la mediapunta para ser el complemento perfecto de Tyronne. Ambos crecieron en la asociación aunque fue Juanjo quien puso la pilleria para anotar los dos tantos del encuentro estando en el momento y en el sitio adecuado. Este olfato se gana con el tiempo y con la experiencia, y de ambas anda sobrado el capitán azulgrana.
La actuación defensiva fue impecable, a pesar de los 10 minutos de desconcierto justo antes de llegar al descanso donde quedó claro una vez más que la SD Huesca tiene portero para rato.
Acción durante el partido | Foto: sporthuesca.com – C.Pascual
Aythami y Morillas rozaron la excelencia a nivel defensivo, y como extra y muestra de jugadores de mayor categoría, también rindieron a gran nivel en la parcela atacante.
La pareja de mediocentros Ros-Manuel pasó desapercibida, sobre todo el segundo, pero no por una mala actuación, sino por una de esas que no hacen ruido pero que se antoja clave para el equilibrio defensa-ataque del bloque.
El dibujo de la pizarra de Tevenet funcionó a la perfección y le ganó la partida a su homólogo, David Movilla, que hizo lo que pudo con 12 jugadores de la primera plantilla disponibles y cuatro en el banquillo. Intentó por todos los medios poblar el centro del campo, como hiciese el Barakaldo, para no dejar jugar a un Huesca que ya ha aprendido la lección y basculó el juego a las bandas.
Si hace una semana decíamos que la escuadra oscense venció pero no convenció, esta jornada hizo lo primero y lo bordó en lo segundo disputando los mejores minutos en la presente temporada.
