ZARAGOZA | Las dos victorias en el inicio de la competición han provocado la esperanza de toda la afición del Real Zaragoza. La inercia de este curso no se entiende sin la despedida del anterior. Alberto Zapater dijo adiós al club de su vida y su último servicio fue llenar de color y de emoción La Romareda, en la despedida más bonita jamás contada.