ZARAGOZA | El Real Zaragoza buscará ante el Cartagena un paso de gigante, un salto definitivo hacia la permanencia. Y lo intentará encontrar en La Romareda, el lugar en el que el principio de su salvación ha cobrado sentido. Quizá la mayor victoria de Gabi Fernández se haya escrito en las gradas, donde logró conectar y alcanzar una paz social impensable con Ramírez. Gabi ganó antes de vencer. Y amplió su distancia en torno a una idea: La Romareda.
Su equipo, con más sombras que luces en el juego, ha logrado un triunfo estratégico en su estadio. En los 4 partidos de Gabi Fernández el Zaragoza aún no ha perdido y ha sumado el 50% de los puntos en disputa. Con algunos milagros sobre la bocina, ha mejorado un balance peligroso, que le hubiera despeñado hacia la Primera RFEF de seguir por esa vía. La secuencia de toda la temporada era del 35%, con un parcial de 16 puntos sobre 45 posibles. Con Gabi, las cifras son diferentes. Una victoria ante el Mirandés y tres empates en sus citas restantes (Córdoba, Eibar y Huesca) son la suma de sus registros en El Municipal. En esa evolución tangible nunca los intangibles pudieron importar tanto.
El Real Zaragoza querrá abrochar su salvación ante el Cartagena, en un día señalado, en el 30º aniversario de La Recopa. En días llenos de emoción, la nostalgia aparece por partida doble: será la penúltima vez del Viejo Municipal. Los Héroes de París vivirán su último homenaje en el que siempre será su estadio. En ese aplauso general reside también la magia de esta historia: el último servicio de La Vieja Romareda es precisamente salvar al Zaragoza y que tenga sentido hacer una nueva.