Aunque todavía no había jugado como titular desde su regreso, sus minutos iban en aumento. De los diez minutos frente al Eibar a la parte entera de la debacle contra el Cartagena. De nuevo, Bakis reduce las opciones de Velázquez para decantarse por un delantero. En el elenco de opciones se encuentra un Iván Azón que está más cuestionado que nunca y un Sergi Enrich al que la afición tiene cruzado y que cumple un rol de delantero para segundas partes.
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La relación de Bakis con el Real Zaragoza es un quiero y no puedo. Su llegada ilusionó a la mayoría del zaragocismo, pues el club traía a uno de los delanteros más codiciados del mercado, llegando a sonar hasta para clubes de primera. Sin embargo, todo ha ido mal desde entonces. El turco comenzó la temporada con muchas ganas pero sin acierto de cara a puerta, y según se fue cayendo el equipo, él dejó de influir en el juego y cada día que pasaba vivía más lejos del área. Su primera lesión sentó como un jarro de agua fría, aunque se logró solventar con el descubrimiento de Mollejo en la delantera.
Esta segunda lesión genera impotencia. Porque aunque el ascenso se haya convertido en una quimera, duele ver como un fichaje tan ilusionante y que el año pasado cayó de pie en la Liga Hypermotion haya tenido tantos problemas físicos desde su llegada a La Romareda.
Las desgracias nunca llegan solas, y esta no ha sido la excepción. A la baja del turco se han sumado la recaída de Cristian Álvarez y la rotura de cruzado de Andrés Borge. Además de las dudas con Lecoeuche, que no se ha ejercitado esta mañana con el grupo. También ayer el Deportivo Aragón confirmó la lesión de Pablo Cortés, que fue convocado el sábado pasado frente al Villarreal B. Hasta 20 lesiones ha sufrido esta temporada el Real Zaragoza, con varias recaídas. Una cifra escalofriante que también condiciona temporadas y que no permite rendir al cien por cien.