ZARAGOZA | Aleksandar Radovanovic es el tercer fichaje de Txema Indias, la segunda elección para su defensa. El central serbio, de 31 años, refuerza la línea más débil del grupo, curiosamente el principal argumento del Zaragoza que viene para sus responsables. Radovanovic llega procedente del Almería, con el que rescindió su contrato pocas horas antes de que el Zaragoza anunciara su fichaje. En el último curso ha jugado 18 partidos, con más sombras que luces, sin llegar a convencer del todo a Rubi. Esa noción explica su llegada al Zaragoza, en una incorporación que empezó a escribirse con la marcha de Marcos Luna a Almería.
Radovanovic es un central de toda la vida, bueno en la disputa, especialista en el arte de defender. Poderoso en los duelos y dominador del juego aéreo, su carrera se explica a partir de esa condición. Es un defensor contundente, duro, sin alardes, mejor en el cuerpo a cuerpo que en las largas distancias. Es precisamente en esa suerte donde más sufre, quizá pesado a campo abierto. Lo compensa con cierto sentido de la anticipación y con firmeza en las batallas.
Los secretos de Aleksandar Radovanovic
Sin un lugar específico en la selección nacional, ni en categorías inferiores ni en la absoluta, la carrera de Radovanovic está plagada de estaciones. Su infancia está marcada por un recuerdo doloroso, el de una guerra cruel en Los Bálcanes. Entonces y según ha confesado en más de una ocasión, el objetivo de toda una generación era esquivar las bombas, mantenerse con vida. Ese conflicto forjó un carácter especial en Aleksandar: competitivo, valiente, férreo y decidido. Lo explicó en una entrevista amplia en la Radio Oficial de la UD Almería: “Empecé muy temprano en el fútbol, jugaba en la calle. Como eran tiempos de guerra, sonaban las alarmas y tenias que volverte a casa, pero la pelota siempre me acompañaba”.
Su aparición en el fútbol serbio llegó en el Macva, a esa estación le siguieron el OFK Beograd, Spartak, Vojvodina en su país. Su primera aventura fuera del fútbol serbio llegó en Francia, en un Lens en el que permaneció tres temporadas. Aventurero, los pasos de Radovanovic le llevaron por Bélgica (KV Kortrijk), Estados Unidos (Austin) y España (Almería).
En el año y medio que ha vivido en Almería no ha logrado cuajar. Hecho para jugar en bloques bajos, protegido por un central veloz, el sistema ha descubierto alguna de sus lagunas. Ahora, la llamada del Real Zaragoza le brinda otra oportunidad en el fútbol español. La opción llega con una sospecha: el plan de Gabi Fernández se ajusta a sus condiciones. Si el técnico quiere construir una fortaleza, Radovanovic será uno de los centinelas.