La salida de la UVI deportiva no es casualidad y no responde al azar. Detrás hay un cambio de sistema y un posicionamiento que consigue optimizar los rendimientos individuales de algunos jugadores, crear más comodidad colectiva y, en definitiva, recuperar cierta esencia del proyecto pretérito. Que hasta ocho jugadores del año pasado salieran de inicio es revelador. Muchos expertos se cansan de repetir que un equipo recién ascendido no puede basarse en su plantilla anterior. Es probable que a la larga así sea, pero en situación límite mejor volver al confort de lo conocido que vagar como un muñeco roto sin alma.
«Leo Franco dio con el equilibrio deseado a través de Aguilera»
Leo Franco dio con el equilibrio deseado a través de Aguilera. Era un clamor la petición de entrada del de Carranque para ayudar a Musto y liberar a Melero. Un movimiento tan simple pero que encierra un contagio general de cambios de rol y, a la postre, de la repetida mejora del equipo. Junto a ello, otros detalles que no pueden desaparecer en un grupo debutante; el incansable Chimy, azote constante aunque demasiado estéril, la polivalencia de Miramón y Pulido, que cumplieron fuera de sus posiciones, o el debut de Jovanovic, muy correcto en todas sus acciones.
Todo brotes verdes para pensar que hay luz para tratar de escalar poco a poco sin dejar de lado todo lo ya ocurrido. La lesión de Luisinho, la falta de profundidad de plantilla en general, obliga a mover ficha con inmediatez y a medio plazo, en enero. Urge reforzar por elevar la propia calidad del Huesca y evitar situaciones limite con hombres fuera de sus posiciones como ayer ante las exigencias de un guión que, eventualidades al margen de lesiones o sanciones, no es otro que el guión de la Primera División.