Fue una de las primeras carreras por montaña y es una de las más duras. Es la Canfranc-Canfranc. Un territorio donde el llano es una quimera. Subir y bajar, subir y bajar. Es una carrera y un reto. Doce años después y en el saturado calendario de pruebas mantiene firme su posición con el mismo ímpetu de adquirir un dorsal con el objetivo de acabarla, de ser ‘finisher’, de ser protagonista junto a la estación internacional de Canfranc, que sigue allí como testigo mudo a la espera de que recupera el esplendor, que mantiene al estilo de las estrellas de Hollywood con pasado en el blanco y negro.
La Canfranc-Canfranc es la única carrera de montaña del mundo con solo 100 kilómetros reconocida con seis puntos por la organización del Ultra Trail Mont Blanc, una dureza equivalente a completar las propias cien millas alpinas de Chamonix o los 250 kilómetros de la Transalpine Run. Y es que, esta ruta enlaza hasta tres míticas estaciones de esquí de España alternando senderos como el Camino de Santiago o la Transpirenaica con el paso por cimas como los Anayets, Collarada, La Moleta o Pala de Ip, que exigen un dominio completo del montañismo y unas cualidades atléticas de primer nivel. De hecho, la organización exige historial previo de montaña a quienes aspiran a disputar esta prueba y fija para ella un cupo limitado de tan solo 150 dorsales, reservados a expertos en grandes ultra Trail alpinas.
La Canfranc-Canfranc es una carrera de gran exigencia técnica en la mayor parte de su trazado, con más del 70% por encima de los 2.000 metros de altitud. Además cuenta con 8.848 metros de desnivel positivo (la altura del Everest) repartidos a lo largo de un recorrido de 100 kilómetros por el Valle de Ip con su Peña Collarada, Valle de Izas y la Canal Roya, el Valle de Astún y el Macizo del Aspe.
La salida está prevista en la medianoche del viernes, desde el icónico puente de la Estación Internacional de Canfranc y los corredores tendrán 36 horas para completar el exigente trazado que tiene como director de carrera a Alex Varela.
Pero la Canfranc-Canfranc es más que una prueba deportiva. El alcalde de la localidad, Fernando Sancho, indica que “para nosotros es mucho más que un simple evento deportivo, es de las actividades más importantes que organiza la localidad a lo largo del año, que sirve como escaparate y promoción de nuestra naturaleza y entorno. Canfranc quiere ser un destino de montaña atractivo y poco a poco lo está consiguiendo gracias a acciones como esta”.
Entre las carreras de Canfranc destacan también de forma especial su maratón de montaña (45 kilómetros y 3.910 metros de desnivel positivo). La Maratón Canfranc-Canfranc aporta una dureza y belleza diferenciales que durante años han atraído el mejor talento nacional a esta prueba. Su palmarés acumula referentes en la élite mundial como Salvador Calvo, Javier Domínguez-Ledo, Luis Alberto Hernando, Manuel Merillas, Jokin Lizeaga, Pablo Villalobos y el vigente campeón Noel Burgos, firmando estos dos últimos la pasada semana el top5 de la OCC-53km en Chamonix.
Además, la propuesta se amplía a la ultra de 70 kilómetros y 5.840 metros de desnivel positivo, otra de 16 y 1.559 md+, el KV de descenso de 3,9 Km y 1.000 md- y las carreras infantiles.
Y para hacer todo esto posible, el trabajo de los voluntarios es impresionante. Son más de 200 personas las que hacen posible que todo esto sea realidad en una prueba en la que tan solo no tienen controlada la meteorología que ha solido jugar a la contra, como en la edición del pasado año, que curtió a corredores y voluntarios.