HUESCA | Toca ya mirar el segundo partido de la eliminatoria. Lobe Huesca ha logrado una aplastante victoria (95-64) para comenzar de la mejor manera posible la primera eliminatoria de playoff por el ascenso a Primera FEB. Un parcial de inicio de 13-0 para los oscenses dejaba bien a las claras las intenciones de los de Rafa Sanz. Dominando el rebote y con una alta efectividad desde el perímetro, los oscenses llegaron a alcanzar rentas superiores a los cuarenta puntos al comienzo del último cuarto. El empuje de los valencianos en los últimos minutos, unido a un cierto desacierto peñista, situó la renta en 31 de diferencia.
Sanz puso de entrada en pista a Abdulsalam, Shelist, Bracey, Vázquez y De Celis. Alrededor de 1.200 espectadores vibraron con el juego desplegado por los peñistas y asistieron a uno de los partidos más completos de los peñistas en los últimos tiempos.
Trepidante arranque del partido de Lobe Huesca, enchufadísimos, marcando un ritmo altísimo de juego desde la primera jugada. De Celis, Bracey y Vázquez bombardeaban de inicio el aro valenciano y situaban de inicio un parcial de 13-0. Tomás Lamas se apresuraba a pedir tiempo muerto ante el huracán de juego oscense. Dzepina estrenaba el marcador para los visitantes cuando ya se habían cubierto dos minutos y medio de cuarto. Sanz comenzaba a rotar a sus piezas; Figueroa e Iglesias seguían con la intensidad marcada por Bracey y Abdulsalam. Vázquez seguía con su recital anotando triples y canastas, desbordando a sus defensores. El catalán se fue hasta los 12 puntos en este primer cuarto.
Los valencianos seguían sin estar finos, fallando estruendosamente desde el 6,75 metros y anotando solo desde el 4,60 metros. Se entró en unos instantes de imprecisiones después de un comienzo de muchísimo acierto. En la última jugada del cuarto, Rodrigo anotó sobre la bocina para cerrar el cuarto con un apabullante (32-11). Cuarto para enmarcar: salvo Knowles, todos los jugadores habían anotado y la batalla por el rebote también se ganaba con autoridad.
Lobe Huesca no se relajó en el comienzo del segundo acto. De Celis y Figueroa estrenaban el cuarto con sendos triples. Los peñistas doblegaban ya a sus adversarios (42-21) ante la desesperación del técnico rival, que impotente desde la banda no encontraba las soluciones para parar a la maquinaria oscense. A los valencianos les costaba mucho anotar bajo el aro peñista y Lobe aprovechaba para correr y anotar en los primeros segundos de posesión. El ritmo no paraba y todos los jugadores desempeñaban a la perfección su rol definido. Un mate de Rodrigo seguido por una acción en contraataque de Shelest disparaba la renta a la máxima diferencia (56-25) con tan solo un minuto y dos segundos para concluir la primera mitad. Ver para creer.
Tras el descanso, los oscenses saltaron a la cancha con el mismo guión de los primeros veinte minutos. Bracey proseguía con su recital desde el 6,75 metros. El equipo era una máquina de anotar para aumentar las ventajas (63-27). El rebote se seguía dominando con un excelente trabajo de Abdulsalam (8) e Iglesias (4). Sin apenas pérdidas de balón y con una intensidad defensiva brutal, el partido estaba saliendo a pedir de boca. De los visitantes, solo Carot estaba mínimamente acertado, buscándose tiros y acciones individuales. Dentro del último minuto, los de Sanz alcanzaron los 40 de diferencia (80-40). El cuarto se cerró con un 82-42. El partido estaba decidido; había que esperar a la renta que lograrían los altoaragoneses.
En el definitivo cuarto, a los peñistas ya no les entraban los tiros con la facilidad de los tres cuartos anteriores. De Celis seguía llevando la manija del partido con el ritmo apropiado, sin precipitaciones. El eléctrico base Clarke, con tres triples seguidos, silenció al Palacio (88-51). Quedaban cinco minutos y el equipo quería acumular la máxima diferencia. Sanz no quería relajaciones y solicitaba tiempos muertos al primer atisbo de relajación o falta de acierto. A Lobe le costaba anotar en el tramo final y Godella aprovechó para recortar las diferencias y maquillar el resultado para dejarlo en 31 puntos (95-64). Los peñistas desarrollan su mejor juego en el momento decisivo de la temporada.
Es un poco vergonzoso que después de tres temporadas en el Peñas, todavía no sepáis que el base del equipo se apellida Rubín de Celis, no DeCelis como le llamáis vosotros. Joder que es el capitán!!!