HUESCA | Sergi Guilló tiene ocho entrenamientos en cinco días en Benasque para inculcar a su plantilla el mensaje que quiere imprimir en el Huesca y también elegirá sistema. Serán sesiones sobre el césped, pero al técnico le gusta aprovechar cualquier oportunidad para acercarse a sus jugadores. La primera toma de contacto ha sido positiva, pero en Benasque y en su hotel de concentración aprovechará su cercanía para ganar adeptos a la causa: «Lo que quiero es sacar lo mejor del jugador y eso pasa a veces fuera del vestuario», explicó en su presentación.
Hay varias vacas sagradas en el vestuario del Huesca que se tiene que ganar. Jorge Pulido, Óscar Sielva, Loureiro y Dani Jiménez lo fueron la pasada temporada y lo serán este curso. El técnico desveló su forma de trabajar con sus futbolistas: «Soy un entrenador atípico. No me gusta que el jugador vaya por un lado y el entrenador por otro. Si un día me tengo que ir a cenar con un jugador porque eso va a subir su rendimiento, lo haré», apuntaba el día que argumentó su proyecto como azulgrana.
Guilló: «Cuando conozca a los jugadores, decidiremos la forma de jugar»
Tácticamente tiene mucho trabajo por delante, aunque quiere aprovechar el legado de Hidalgo. La pasada temporada acabó jugando con un 1-5-4-1. Puede haber cambios en el resto de las lineas, pero parece que los tres centrales entran en los planes de Guilló pero será en Benasque cuando decida su sistema: «En pretemporada, que será cuando conozca a los jugadores, decidiremos la forma de jugar», apuntaba. Otra de sus principales preocupaciones estará en inculcar su sello como entrenador que pasa por: «Una seña de identidad es la presión alta y ser protagonista con el balón», Recalcaba en su primer día como azulgrana..