Manu Rico seguirá ligado a la SD Huesca hasta 2027. El joven futbolista oscense ha ampliado su contrato con el club, consolidándose como jugador del primer equipo y cumpliendo así uno de los sueños que lo acompañan desde niño: defender los colores del equipo de su ciudad en el fútbol profesional.
A sus 21 años, Rico ya ha recorrido un largo camino en la entidad azulgrana. Llegó a la cantera hace once años, como alevín de segundo año, y desde entonces ha vivido cada etapa del proceso formativo del club. En la temporada 2021-2022 llegó su debut con el primer equipo, y desde entonces ha disputado 19 partidos entre LaLiga Hypermotion y la Copa del Rey.
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Ahora, con ficha oficial del primer equipo y un contrato renovado por dos temporadas más, el centrocampista inicia una nueva etapa en la que será una pieza más del engranaje profesional del club.
“El Huesca es una parte muy importante en mi vida”
El sentimiento de Manu por el Huesca va mucho más allá del terreno de juego. “Los primeros recuerdos que tengo en un campo de fútbol son en El Alcoraz, con mi padre”, confesaba en una emotiva entrevista tras su renovación. Rico no solo ha crecido como jugador en el club, sino que ha construido su identidad personal en torno a él.
Recuerda con claridad una anécdota de su infancia: un Huesca–Numancia con temperaturas gélidas. “Hacía un frío tremendo, pero yo quería ir al campo. Obligaba a mi padre a llevarme”, relataba entre risas. Esa pasión inocente se ha convertido hoy en orgullo, responsabilidad y compromiso con un escudo que siente como propio.
Referentes, aprendizajes y cesiones
A lo largo de estos años, Manu ha tenido la oportunidad de compartir vestuario con jugadores que considera auténticos referentes. Mikel Rico, Jorge Pulido, Camacho o Ferreiro son algunos de los nombres que menciona como ejemplos dentro y fuera del campo. “Me han enseñado cosas del fútbol, pero también de la vida”, reconoce.
Su camino no ha sido sencillo. El proceso incluyó dos cesiones: una de ellas, lejos de casa y sin protagonismo, fue dura. “Pasaba días malos, lejos de la familia y sin jugar. No era como lo había imaginado”, cuenta. Sin embargo, la segunda experiencia fue radicalmente opuesta: minutos, protagonismo y confianza. “Me han servido para madurar y para valorar lo que tengo aquí”, afirma.
El dorsal 7, un guiño al pasado y un paso adelante
En esta nueva etapa, Manu lucirá el dorsal ‘7’, un número con historia en el Huesca. Él mismo recuerda cómo Ferreiro, quien lo portó durante años, le decía en tono de broma que algún día sería suyo. “El número estaba libre, me gustaba, y pensé: ¿por qué no?”
Pero más allá del simbolismo, el dorsal también representa su mentalidad. “Es un número atrevido, con personalidad. Me considero un jugador valiente, que da un paso adelante”, explica.
Una temporada para soñar
Tras un año complicado en el que el equipo coqueteó con el descenso, Manu Rico es consciente de la importancia de construir un vestuario unido y una afición comprometida. “Todo es volátil. Lo que tenemos hoy puede irse mañana. Por eso hay que disfrutar y luchar”, reflexiona.
El centrocampista oscense lanza un mensaje de ilusión. Pide mantener la comunión entre equipo y grada que se ha visto en este inicio de temporada. “Queremos mantenernos, pero también ser valientes y ambiciosos. Como nos transmite el míster, hay que ir a por todo”.
Identidad, compromiso y futuro
La renovación de Manu Rico no es una simple noticia de mercado. Es la confirmación de un proyecto que apuesta por la cantera, la identidad y el talento local. Manu es Huesca. Y el Huesca, en gran medida, también es Manu.
Su historia es la de tantos chavales que sueñan con llegar, pero pocas veces logran quedarse. Él lo ha conseguido con trabajo, paciencia y amor por unos colores que conoce desde que tiene memoria. Y ahora, con contrato hasta 2027 y ficha del primer equipo, el futuro se escribe en azul y grana.