Marc Márquez ha vuelto a demostrar en Mugello por qué sigue siendo uno de los grandes nombres del motociclismo mundial. El piloto catalán sumó este domingo su quinta victoria de la temporada en el Gran Premio de Italia y reforzó aún más su liderato en la clasificación general del Mundial de MotoGP 2025. En un domingo soleado y vibrante, el mayor de los Márquez impuso su ley ante su hermano Álex Márquez, segundo, y Fabio di Giannantonio, que cerró el podio tras un final muy ajustado.
Dominio, sangre fría y cabeza de campeón
Desde el primer momento quedó claro que no iba a ser una carrera sencilla. El circuito de Mugello, siempre exigente, ofreció una salida emocionante. Marc Márquez no falló y se colocó pronto entre los primeros, aunque fue superado momentáneamente por Pecco Bagnaia, motivado por correr en casa y consciente de que dejar al español al frente podía ser letal.
Pero la alegría del italiano fue efímera. En el arranque de la segunda vuelta, Márquez aprovechó una apurada de frenada para recuperar el liderato. A partir de ahí, se inició una fase de la carrera espectacular, con adelantamientos al límite entre Márquez, Bagnaia y Álex Márquez que levantaron a los aficionados de sus asientos.
El espectáculo estaba servido
La lucha por la cabeza fue intensa durante varias vueltas. Franco Morbidelli también se sumó al grupo de cabeza en los compases iniciales, pero pronto quedó fuera de la pelea tras un incidente con Maverick Viñales, que acabó con el de KTM por los suelos. La Dirección de Carrera sancionó a Morbidelli con una vuelta larga, pero al ejecutarla mal tuvo que repetirla, quedando fuera de las posiciones de puntos importantes.
Mientras tanto, Álex Márquez firmaba quizás su carrera más sólida del año. En la vuelta 6, se puso líder tras un gran movimiento, aunque el placer le duró poco. Tres giros después, su hermano mayor volvió a recuperar la posición de privilegio en San Donato, esa curva icónica donde tantas veces se deciden las carreras en Mugello.
De la emoción al control
Desde ese momento, Marc Márquez pasó a modo control. Con el paso de las vueltas, amplió su ventaja y se centró en no cometer errores. A medida que se acercaba el ecuador de la carrera, la diferencia se estabilizó en torno a las ocho décimas, una distancia que en MotoGP puede parecer escasa, pero que es oro si estás delante y sabes cómo gestionar.
Por detrás, Bagnaia intentó poner en apuros a Álex Márquez, pero no consiguió superarlo. Y lo que es peor para él: a dos vueltas del final, vio cómo Fabio di Giannantonio le robaba el podio en su tierra, con un adelantamiento limpio y certero.
Victoria con sabor a campeonato
Con esta nueva victoria, la quinta del año tras sus triunfos en Catar, Jerez, Le Mans y Motorland, Marc Márquez se consolida como el gran favorito al título. Su adaptación a la Ducati ha sido total y su experiencia empieza a marcar la diferencia frente a rivales que, pese a su talento, aún no logran su regularidad.
Mugello deja una imagen poderosa: la de un Marc sólido, rápido y muy inteligente, capaz de gestionar las carreras con la frialdad de sus mejores años. Su hermano Álex le escolta en el podio y di Giannantonio celebra su presencia entre los mejores. Pero hoy, sin duda, fue el día del 93.