ZARAGOZA | El fútbol se escribe en hojas desordenadas y pocas historias lo demuestran mejor que la de Mario Soberón. El delantero cántabro reúne todas las paradojas que caben en un solo futbolista. Silencioso, la virtud de su juego reside en camuflarse, en aparecer sin ser visto. Capaz de oler la sangre, maneja la intuición y el arte del rechace. Y solo en un segundo es capaz de armar su gatillo, de desatar el mejor ruido de este juego. Es, fundamentalmente, un futbolista listo. Y no necesita jugar bien ni estar fino para ser decisivo.
Mario Soberón, preguntas y el gol como respuesta
La temporada de Soberón se resume a través de dos preguntas que ya quedaron escritas en estas páginas. “¿Cómo un delantero tan silencioso puede hacer tanto ruido?”, pensamos en sus primeros partidos. “¿Qué hubiera sido de la temporada si Soberón no hubiera faltado tanto tiempo?”, nos preguntamos en su regreso. Desde entonces ha sumado tres goles más en un registro en el que ya va camino de los dobles dígitos.
Hoy reviso algunas de las notas que tomé cuando el Real Zaragoza anunció su fichaje. Javier del Río, de la radio cántabra Arco FM, me habló de su capacidad para pasar desapercibido y ser protagonista al mismo tiempo: “Jugué contra él varias veces y siempre fijábamos la marca de otros jugadores, pero era Soberón, sin hacer ruido, el que nos acababa ganando siempre los partidos”. Desde Elda, Raúl Belda resumió su juego en una idea: “Soberón está siempre en el sitio en el que todo pasa: no se exhibe, pero está en el lugar adecuado en el momento oportuno”.
Los secretos de un delantero
Algunos rasgos de su carácter le definen. Perfeccionista, centrado en sus registros, suele estar pendiente de su físico y de todas sus molestias. Muy enfocado en los aspectos más emocionales de su carácter, trabaja con profesionales desde muy joven. En este curso, admitió abiertamente que esa ayuda ha sido una parte clave en su evolución y en la recuperación de sus lesiones. Y hoy, en un equipo que había empezado a mirar el gol de lejos, con Mario Soberón vuelve a parecer más cerca.
Un detalle final sirve para completar la paradoja que define su temporada. Soberón llegó al Real Zaragoza después de que el Eldense alcanzara los 50 puntos y la permanencia. Entonces quedó a un punto del equipo que le acabó fichando. Curiosamente, hoy los dos conjuntos protagonizan la lucha por la salvación. Nadie esperaba esa batalla por el lado del Zaragoza, mientras que el Eldense parece preparado para ella desde agosto. Con algunos elementos en contra, el Zaragoza cuenta con una ventaja sustancial en la carrera.
En esta ocasión, Mario Soberón está de su lado.