Jorge Pulido sobresale entre sus compañeros celebrando el gol de la victoria. Foto: SD Huesca
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HUESCA | Jorge Pulido demostró que es más que un capitán para el Huesca. El `14´ azulgrana fue clave en los tres goles de su equipo. Centró a Kortajarena para que su cabezazo fuera rechazado por Soko. Marcó con el escudo el segundo tanto en una jugada de estrategia. Y la tocó para dejársela en bandeja a Jordi Martín en el tercer tanto. En defensa estuvo soberano, pero en lo que más destacó fue en su faceta de capitán.
La afición ha entendido el camino para poder volver a soñar con la Primera División y ha encontrado en Pulido a su regidor ideal. El capitán del Huesca sabe cuando un compañero necesita un aplauso y maneja a sus 7.000 seguidores con total libertad. Si Joaquín encara y la pierde, Pulido silencia los reproches de unos pocos con unas palmadas al aire que es seguida por todo El Alcoraz. El `14´ tiene tan metida a la afición en su bolsillo que puede dirigirlos a su antojo.
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Corrige a sus compañeros. Corre como el que más. Aplaude cuando un jugador es criticado. Intimida al rival como nadie. Soporta los lamentos cuando comete un fallo. Y celebra como ningún otro los goles y sobre todo las victorias. Pocos jugadores en los 65 años de historia del club han sentido tanto en el corazón el escudo del Huesca. Todo comienza en el vestuario cuando arenga a los suyos y dice:
Pulido: ¿A qué hemos venido?
Plantilla: A luchar
Pulido: ¿Qué vamos a hacer?
Plantilla: Ganar, ganar y ganar.
Ante el Sporting además marcó un gol con el pecho, casi casi con el escudo de su camiseta, el gol 600 del Huesca en la categoría de plata. No fue un tanto más. Fue una obra de arte llegada desde la pizarra de Adrián Sipán. Al portero le practican un doble placaje que deja solo a Pulido. Pérez salta junto al guardameta y Rubén Pulido ejerció de dique para que Jorge marcara con el pecho un gol muy especial.
