La historia entre Nadia Fingall y el Casademont Zaragoza ha tardado en materializarse, pero ya es una realidad. La jugadora estadounidense fue presentada oficialmente como nueva integrante del conjunto aragonés, una incorporación que no llega de forma inesperada. Tal y como confesó en su primera comparecencia como rojilla, el interés era mutuo desde hace tiempo, pero ahora se han alineado todos los factores para que ambas partes unan caminos.
“Casademont Zaragoza siempre ha estado en mi radar. El baloncesto es también una cuestión de tiempos y decisiones, y ahora era el momento perfecto. El club ha demostrado que apuesta fuerte por el equipo femenino, y eso ha pesado mucho en mi elección”, explicó la ala-pívot, que afronta esta etapa con entusiasmo y ganas de empezar a competir.
Carlos Cantero, clave en su llegada
Uno de los aspectos que más ha influido en la llegada de Fingall ha sido la figura de Carlos Cantero, entrenador del equipo. La estadounidense habló de una “conversación muy positiva” con el técnico zaragozano que la convenció de que este era el sitio ideal para seguir creciendo como jugadora.
“Me transmitió mucha confianza desde el primer momento. Me habló de mi rol, de cómo encajo en el equipo y también de la ciudad. Me sentí cómoda escuchándolo y eso hizo que la decisión fuera más fácil”, señaló Fingall, que ya conoce a varias de sus futuras compañeras, algo que también facilitará su adaptación al vestuario.
De rival a local en el Príncipe Felipe
Tras varias temporadas enfrentándose al Casademont, Nadia Fingall conoce bien lo que supone jugar en el Príncipe Felipe, y está deseando vivir esa experiencia desde el otro lado. “Venir aquí como rival es muy difícil. La afición empuja muchísimo. Ahora me toca disfrutarlo con ellas de mi lado”, confesó. “La energía que genera la Marea Roja convierte al equipo en algo especial en casa. No veo la hora de sentirlo desde dentro”, añadió.
Polivalente y con ganas de aportar
La nueva jugadora rojilla se define como una jugadora completa, capaz de sumar tanto en defensa como en ataque. “Puedo aportar en rebote, en defensa, y también con mi tiro exterior, movimientos sin balón y trabajo en el poste. Además, puedo jugar como pívot si el equipo lo necesita”, detalló Fingall, dejando claro que su versatilidad será una de sus armas.
Una plantilla joven, talentosa y llena de potencial
Fingall no ocultó su entusiasmo al hablar de la plantilla que ha confeccionado el club: “Tenemos jugadoras muy distintas, cada una con su estilo, pero juntas podemos formar un bloque muy fuerte. Hay juventud, hay talento y hay muchas ganas. Vengo con ilusión y con hambre de empezar”.
El equipo, que afrontará en las próximas semanas un exigente inicio de curso con el viaje a Corea del Sur y la fase previa de Euroliga, ha comenzado ya a definir sus objetivos. “Carlos nos ha dicho algo muy claro: queremos disfrutar ganando”, reveló. Sobre el reto continental, Fingall fue honesta: “Clasificarnos para la Euroliga sería muy importante. No diría que no lograrlo sería un fracaso, porque pueden pasar muchas cosas, pero es un objetivo que tenemos muy presente”.
Con los pies en el suelo y la mirada al frente
Para Fingall, lo importante ahora es construir desde el trabajo diario: “Paso a paso, entrenamiento a entrenamiento y partido a partido. Lo que venga después dependerá de lo que hagamos desde ahora. El tren no para, y yo estoy lista para subirme”, concluyó con una sonrisa.