HUESCA | La diferencia de tres puntos no era nada por lo que el Palma – Lobe Huesca disputado en Mallorca era una final directa por el ascenso a Primera FEB. Nadie le puede quitar un solo mérito a los de Rafa Sanz. Han ganado cinco de los seis partidos disputados en este playoff. Ha caído contra un equipo que se diseñó para ascender. Lo mejor es que la pasión por el baloncesto en Huesca capital renace con este playoff, que después de temporadas de zozobra, de navegar en la tormenta, ve una ventana de buen tiempo; de que haciendo las cosas de forma correcta puede aspirar a todo.
La final ha sido la de un partido con muchos partidos. El primer cuarto sirvió para ver las intenciones de ambos quintetos. Ganó Palma 21-16, pero siempre con la sensación de que Peñas estaba dentro del encuentro. El problema le llegaba con su punto de mira. El exterior no le funcionaba como deseaba y entrado el segundo cuarto viajaba con un acierto de trece intentos. Tampoco Palma estaba para tirar cohetes, pero compensaba con los puntos de Aramburu bajo aros.
Paró el reloj Rafa Sanz con 27-16 en el electrónico con un partido con mucho desgaste físico y la sensación de más oficio de los locales. Lo mejor es que Peñas seguía en partido. Nunca permitió que entrara Palma en una dinámica arrolladora, pese a que los artilleros del Peñas no encontraban el aro rival. Rafa Sanz volvió a parar el reloj con 32-22, la frontera psicológica de 10 puntos que reventó Aramburu colgándose del aro del Peñas. Respondió Iglesias con un 2+1 y la tercera personal de Cuningham lo que era importante para el ‘negocio’ del Peñas.
El problema es que Mallorca fue marcando poco a poco diferencias, agrandando la zanja entre ambos quintetos y se retiro al descanso con +13 en el electrónico con lo que la luz de alarma se encendió. Salió el Peñas al tercer cuarto con potencia para cerrar la brecha. El problema se empezó a gestar en donde no debía. Por ejemplo, Bracey se llevó dos golpes consecutivos sin consecuencia alguna y que, quizá, le espoleó porque empezó a firmar su mejor baloncesto. Uno de los principales problemas del Peñas era desde el exterior. El triple no funcionaba. El segundo de los 20 intentados fue a 5 minutos del final del tercer cuarto.
El Peñas, siempre en partido
Y pese a todo, Peñas recortó diferencias, siguió con el mono de faena y un triple de Vázquez puso el 46-39 en el marcador. La final de las finales estaba caliente y muy ajustada en el marcador porque esa diferencia de Palma se acortaba poco a poco y era menor aún restando los tres puntos de diferencia de la ida. Bracey lanzó desde la personal con 51-47 en el electrónico. Con el punto obtenido más otra canasta, contestada por Aramburu, Peñas equilibraba la eliminatoria.
El ascenso se iba a dirimir en los diez últimos minutos. Y la tensión fue máxima. Dominó durante muchos minutos Palma con tres de diferencia enjuagados por los tres de renta obtenidos por el Peñas en la ida. El partido estaba en máxima igualdad y entró en aquello de los detalles, de las mejores decisiones con las pulsaciones altas y con el duelo en los banquillos buscando al jugador adecuado para cada ataque y cada defensa. A 2,40 del final, un triple de Vázquez puso a Palma 9 arriba y Rafa Sanz llamó a la banda a su equipo. No se pudo enderezar el resultado, porque es en esos momentos donde se demuestra que la veteranía es un grado y el rival andaba sobrado de ella. Son Moix vio cómo el Peñas se quedaba sin el premio, pero con el orgullo intacto.
Ficha técnica
Fiwi Palma: Giovanetti (14), Cunningham (8), Beraza Pozo (5), Cabezudo (4), Vázquez Arriaza (16). Quinteto inicial. Miller (7), Shopper, Carrasco, Maldonado, Aramburu (19), Spencer (2), Teixeira (5).
Lobe Huesca: Alex Rubín De Celis (2), Abdulsalam (9), Bracey (11), Vázquez Vallejo (8), Shelist. Quinteto inicial. Martín Iglesias (10), García Pérez, Figueroa (3), Marín (2), Knowles (14), Gómez Barral (9), Lascorz
Parciales: 21-16, 18-10 (39-26 descanso) 14-24, 27-20.
Árbitros: Chacón-Cervantes. Eliminado por personales Vázquez Vallejo.