ZARAGOZA | El Real Zaragoza se hizo con el Lapetra tras vencer a la SD Huesca en los penaltis. El conjunto que dirige Gabi Fernández cuajó un encuentro dual, un partido de luces y sombras. La luz más brillante la aportó un debutante: Paulino De La Fuente. Sobre el césped del Ibercaja Estadio, el cántabro reveló su mejor as, su mayor virtud, su recurso de confianza. Descarado en todas sus acciones, ofreció chispa y verticalidad constante durante los minutos que jugó.
Paulino formó parte del once inicial planteado por Gabi. Ocupando la posición de extremo derecho, creó una novedosa sociedad con su compañero en la banda, con Juan Sebastián. Ambos futbolistas impusieron su físico y velocidad en el costado diestro y demostraron un principio básico en un tándem: el entendimiento. En todo momento, cada uno parecía conocer el próximo movimiento del otro, como si llevasen jugando juntos toda una vida.
El premio a un debut notable se produjo temprano, quizá antes de certificar sus buenas sensaciones. Al cuarto de hora de comenzar el encuentro, Paulino recibió un pase en profundidad de Raúl Guti. El ’18’ se hizo con el balón y se lo acomodó a su pierna diestra en una baldosa, con un recurso propio del fútbol sala, del fútbol de la calle. Paulino paró el tiempo durante un par de segundos y, con su pierna menos hábil, ejecutó un disparo potente que se coló por la meta que defendía Dani Jiménez. El extremo únicamente disputó los primeros 45 minutos, una primera mitad que se tradujo en productividad y atrevimiento.