El Casademont Zaragoza vive un nuevo giro de guion en una temporada ya de por sí convulsa. Tras la destitución de Porfirio Fisac anunciada este jueves, el club ha confiado el banquillo a Rodrigo San Miguel, un hombre de la casa que asume el reto con entereza y entusiasmo, aunque consciente de la dificultad del momento.
“Fue un día de locos”
Así definió San Miguel la jornada de ayer, que comenzó con un entrenamiento rutinario y acabó con su nombramiento como primer técnico del equipo. Tras recibir la llamada de Reynaldo Benito, presidente del club, el ex base zaragozano no dudó en dar el paso al frente: “Asumes la responsabilidad porque es tu club, porque te toca, y porque crees que puedes aportar”.
Su llegada se produce a falta de cinco jornadas para el final de la fase regular y con Casademont virtualmente salvado, pero con el objetivo claro de luchar por una plaza europea. “No hay partidos sencillos, pero nosotros también nos jugamos mucho”, apuntó en rueda de prensa.
Un cambio sin revolución
San Miguel fue claro desde el primer minuto: no habrá una transformación radical del equipo. “No esperéis que lo cambie todo. Es imposible y sería contraproducente”, aseguró. En cambio, sí se centrará en recuperar anímicamente a los jugadores, que según su análisis, han mostrado síntomas de desgaste y falta de confianza en las últimas semanas.
“Tenemos jugadores con talento, lo hemos demostrado durante el año. Solo falta recuperar sensaciones”, explicó. También señaló que todo el staff técnico está comprometido con dar un paso adelante en esta nueva etapa.
Liderazgo desde la honestidad
San Miguel se mostró transparente y realista sobre su condición de entrenador interino: “Esto es hasta final de temporada. Luego ya veremos cómo nos sentimos todos”. Agradeció la sinceridad del club en este proceso y aseguró que su único foco ahora mismo está en “sacar la mejor versión del equipo en estas últimas jornadas”.
Sobre una posible continuidad más allá del curso actual, prefirió ser cauto: “Primero quiero verme en el rol. Sentirme cómodo, útil, y ver si esto es lo que realmente quiero hacer”.
Un partido difícil ante Baskonia
El estreno de Rodrigo San Miguel no será sencillo. Este sábado, el Casademont recibe a un Baskonia lanzado tras quedar eliminado de Euroliga, que llega al Príncipe Felipe con descanso, preparación y un objetivo claro: el playoff.
“Es un equipo de Euroliga, con jugadores de Euroliga y un gran staff. Va a ser un partido muy complicado”, reconoció. Aun así, confía en que el grupo pueda competir de tú a tú, como ya ha hecho en otros encuentros esta temporada.
“Quiero ayudar a mi club”
Más allá de los resultados que pueda lograr en este corto plazo, San Miguel dejó claro que su decisión responde a una cuestión de amor por el club. “Quiero ayudar a mi club. Creo que era la mejor solución para todos”, afirmó con firmeza.
Con solo un entrenamiento al frente del equipo, el nuevo técnico afronta una etapa vertiginosa, pero con la seguridad de quien conoce bien la casa y el baloncesto profesional. El reto es grande, el calendario exigente, pero en palabras del propio Rodrigo: “Es baloncesto, y llevo toda la vida en esto”.