ZARAGOZA | El Real Zaragoza se enfrenta al Oviedo en El Carlos Tartiere, en la cita más compleja de las tres que le restan. Será un día ideal para medir la reacción del equipo, para buscar la estela que alcanzó el año pasado en El Sardinero. Enfrente está el equipo más en forma de la categoría, asentado en el playoff con Paunovic, armado a través del talento y de un futbolista inolvidable. Santi Cazorla lidera a un pelotón de jugadores con calidad y registros de otra categoría. Ante ese contexto, el Real Zaragoza deberá saltarse el guion y seguir una ley que se escribe muy a menudo en esta categoría: no hay enemigo pequeño ni tampoco un rival inalcanzable.
Gabi Fernández revisa el partido de El Sardinero y buscará calcar alguno de sus renglones, evitando aquellos errores que fueron definitivos. La idea de ser protagonista pareció más publicitaria que real, pero es cierto que debe administrar sus momentos, tener intención en sus oportunidades. No tiene tampoco sentido que Soberón corra tanto: básicamente porque siempre pareció mejor futbolista en el área, definitivo en los metros de la verdad. “Mis delanteros solo deben correr 15 metros, a no ser que sean estúpidos o estén durmiendo”, decía Cruyff, en un fútbol que ya parece otro. Opuesto al que propone Gabi Fernández, por otra parte.
Capaz de reunir al zaragocismo y de resucitar a la plantilla, Gabi debe superar una asignatura pendiente: ganar en el campo de un aspirante, rendir ante un equipo en dinámica ganadora. Para lograrlo debe evitar las pisadas que el Real Zaragoza dejó en El Ciutat de Valencia. Nunca compitió menos. Precisamente un equipo que presume de haber vuelto a competir. A la misma hora se jugará un partido trascendental en la carrera por la permanencia. Castellón y Eldense se enfrentan en un duelo que no puede distraer a los futbolistas pero sí tendrá atento al zaragocismo. Las cuentas están escritas: el Zaragoza puede salvarse esta jornada o complicarse la vida para siempre.
Oviedo-Real Zaragoza: un plan para El Tartiere
A Gabi Fernández le costaría elegir qué futbolista es el más importante en su modelo, especialmente entre los dos más importantes. Si en el centro del campo se cocinan los partidos, en esa caja hay dos piezas que lo condicionan todo: Raúl Guti o Kervin Arriaga. Imprescindibles juntos o por separado, en las últimas dos semanas se toman el testigo de las ausencias. Faltó Arriaga en la primera mitad ante el Cartagena y faltará Guti por sanción en El Tartiere. La baja del 10, capitán sin brazalete en este Zaragoza, apunta a cubrirse con Toni Moya, que sigue sin romper un plato. Gabi confía en su pie y su talento, mientras el Zaragoza espera que el vuelo del mediocampista sea definitivo.
En el resto de las piezas cuesta creer que el Zaragoza no piense en protegerse. Y, por tanto, lo lógico es que pueda prescindir de Ager Aketxe, para el que ha fabricado una posición intermedia, más pensada para los duelos en casa que los partidos a domicilio. En las alas, Gabi no debe renunciar al desequilibrio de Pau Sans y Adu Ares, capaces de actuar sin complejos en los duelos más comprometidos. Los dos viven su mejor momento del curso, el punto más regular de toda la temporada. Y ofrecen una variante esencial: regates contra el miedo.
Arriba no se descarta que Dani Gómez pueda acompañar a Mario Soberón, mientras la zaga parece clara, solo pendiente de la duda física de Tasende. Independientemente de la línea, Francho Serrano volverá a mostrar una cualidad que ha resumido sus años en el primer equipo. El canterano estará siempre, exactamente dónde le necesite su técnico. Y será un elemento clave en un partido que puede suponer muchas cosas: un respiro definitivo o el miedo más extremo.
Posibles alineaciones:
Real Oviedo: Escandell; Nacho Vidal, David Costas, Dani Calvo, Alhassane; Sibo, Colombatto, Hassan, Santi Cazorla, Sebas; Alemao.
Real Zaragoza: Gaëtan Poussin; Francho Serrano, Lluís López, Jair Amador, Dani Tasende; Kervin Arriaga, Toni Moya, Pau Sans, Adu Ares; Mario Soberón, Dani Gómez.