José Francisco Nolasco, técnico del Bada Huesca, afronta esa igualdad en los ‘sietes’ desde un plano optimista. «No hace falta motivar al equipo. Saben que hay que salir fuertes, porque delante tienes un león; si crees que es un gatito no vas a poder hacer nada», afirma. Y lo atornilla con el partido de Copa contra Cangas. De ir perdiendo de 9 a empatar y a tener opción de ponerse uno arriba.
A las 9.00 ha salido la expedición altoaragonesa rumbo a Puente Genil. Otro viaje de esos que agotan. Pasado Madrid capital, la comida y la llegada hacia finales de la tarde. En los asientos, ausencias. No han viajado Montoya -por un asunto familiar- ni los lesionados Domingo Mosquera ni Sergio Pérez ni Gerard Carmona.
Un Puente Genil distinto
El Puente Genil que se va a encontrar el Bada Huesca guarda el gen de la primera vuelta, pero tiene nuevas fichas. Una de las más notables es el viaje que de Córdoba al Alto Aragón hizo Père Arnau. El zurdo no se sentía cómodo allí y en Huesca está dando un gran resultado, en ataque y en defensa. Las otras fichas han sido la llegada al equipo cordobés del exHuesca Luisfe, que vuelve a su casa, y dos ‘pesos pesados’: Dukic y Spiljak. Dos jugadores para meter kilos en defensa.
Puente Genil es, además, otra de esas pistas calientes de la Asobal. El público está muy metido en el partido, presiona y eso implica que tanto el rival como quien arbitra tengan la cabeza fría en la toma de decisiones. El partido volverá a abrir otro calendario terrorífico para Bada Huesca. A la vuelta de la esquina Granollers, Benidorm, Torrelavega y Anaitasuna. Pero antes, Puente Genil.