ZARAGOZA | Quizá fue en Bosnia. Quizá tras su lesión. En algún momento de este año, alguien, o algo, nos quitó a Samed Bazdar. No se equivoque, aún se puede ver al atacante del Real Zaragoza paseándose con indiferencia por los campos de La Liga Hypermotion, pero nada queda de aquel diamante en bruto que generaba miedo en cualquier defensa. Suma menos de 80 minutos en los últimos tres partidos. El pasado domingo, ante el Racing de Ferrol, Bazdar volvió a demostrar que está completamente desconectado de la situación de su equipo, que lo necesita más que nunca.
El Real Zaragoza realizó su primera gran inversión económica en años para ficharlo. Procedente del Partizán de Belgrado, donde la actitud es innegociable, Bazdar no tardó en hacerse un hueco en los onces de Víctor Fernández. Símbolo de proyección, su primera vuelta fue ilusionante: 4 goles y 3 asistencias que, en la mayoría de los casos, valieron puntos de oro, dada la situación actual del conjunto blanquillo. Sin embargo, todo cambió tras su lesión contra el Albacete.
Aquel 30 de noviembre, el Real Zaragoza, que ya estaba tocado, recibió un golpe letal: su referente ofensivo (Soberón seguía de baja) caía lesionado durante más de un mes. Durante su recuperación, el atacante cambión la nacionalidad serbia por la bosnia. Hay quien dice que el Bazdar que todos conocíamos se quedó en Serbia. Porque hay cosas que no se explican. Es difícil de entender la parsimonia con la que el delantero salta al campo. Él pasa por los partidos pero da la sensación de que los partidos no pasan por él.
Los 20 minutos que disputó ante el Racing de Ferrol son un claro ejemplo de que Bazdar ya no es el mismo. No recuerdo una sola carrera o un solo control del, recordemos, internacional bosnio. En un encuentro abierto, donde todo podía pasar y en el que el Real Zaragoza se jugaba su temporada, Bazdar se dedicó a echar el rato sobre el césped de A Malata.
La situación es límite. Parece que Bazdar está completamente fuera del Real Zaragoza, justo cuando el equipo necesita más goles. Su cambio es inexplicable, radical y muy, pero que muy desafortunado. Esta situación no es más que una pérdida de oportunidades para el Real Zaragoza pero, sobre todo, para Bazdar. La Romareda era el escenario perfecto para seguir creciendo como futbolista, pero parece que ese ya no es su objetivo. Echo de menos a Samed Bazdar, pues este no es mi delantero.