Tras 15 partidos disputados (14 victorias y 1 empate), el duelo ante Tarazona de este pasado fin de semana, se presentaba la oportunidad de coronarse campeón de liga a falta de una jornada. Una temporada brillante, tanto en juego como en resultados, lograda gracias al esfuerzo de todos y cada uno de los jugadores, la dirección del club, la afición y la gran labor del entrenador Héctor Pérez.
A sabiendas del gran estado de ánimo en que se encontraban los jugadores locales de Tarazona, al reengancharse a la disputa de la liga tras el encuentro contra el Fénix, no se podía guardar un ápice de esfuerzo, garra y corazón. Los “quebrantas” salieron a placar las ganas del rival con juego, posesión y dureza en cada acción defensiva. Todo el esfuerzo realizado hasta la fecha, todas las lesiones sufridas, toda la ilusión acumulada durante la temporada alimentaba a los jugadores altoaragoneses para empujar al rival hasta su línea de ensayo. Desde el minuto uno los delanteros se encargaron de anular a sus homólogos rivales, dejando claro en la primera melé de quién iba a ser el partido. Disputando todas las fases estáticas con gran inteligencia, sirvieron balones a los tres cuartos que intentaron incesantemente romper la línea defensiva rival. El único ensayo del partido llegó a los 7 minutos por parte de Vili, que aprovechó una lenta recolocación defensiva en un ruck para atacar el cerrado y posar el balón. El juego y el oval seguían siendo altoaragoneses, pero la defensa rival y la precipitación en el último pase evitaron que el marcador aumentara antes del descanso.