ZARAGOZA | El Real Zaragoza sumó un drama y una de las derrotas más dolorosas de la temporada. El triunfo del Racing de Ferrol le dio una oportunidad que el equipo nunca estuvo cerca de aprovechar. No hubo ocasión ante un Levante superior en todos los registros, que ha tomado ya la pista hacia Primera División. La derrota entraba dentro de las previsiones de muchos, en uno de los partidos más complejos que quedaban. Pero no se puede naturalizar perder como perdió el Zaragoza.
El partido acabó en la previa. La afición fue capaz de llenar de emoción y de cánticos el barrio de Orriols y el Ciutat de Valencia después. Se vivieron imágenes emocionantes, difíciles de olvidar. Pero no se reflejaron en tensión competitiva, en emoción y responsabilidad sobre el césped. El equipo escribió su derrota antes del cuarto de hora. Y en un solo partido se concentraron errores que se ven una sola vez en la temporada. Jair Amador, Bernardo Vital, Gaëtan Poussin o Iván Calero estuvieron en la escena. Y cada gol merece un análisis propio, una lectura concreta.
Real Zaragoza: cinco goles en el espejo
En el primer tanto Bernardo Vital reculó y permitió cuatro amagos de Morales en el área. En el último, le desbordó con facilidad y encontró a Carlos Álvarez, libre, en el vértice. El más menudo del césped ganó un duelo aéreo, ante la mirada de Jair, que había desprotegido la zona del remate. Toda la defensa tembló en el segundo tanto, ante una salida confusa de Poussin. Vital y Jair perdieron las referencias más imprescindibles de este juego -balón y jugador- y Forés acertó en un rechace que también pudo haber sido de Brugué.
El Levante le dio al Zaragoza una oportunidad de recortar distancias, pero Bazdar desperdició un gol cantado. No falló en la reanudación Morales, al aprovechar un error de cálculo de Jair Amador. El central, uno de los protagonistas en el tramo de Gabi, firmó su peor partido de la temporada. Con una concesión como esa, Morales abrió en canal la defensa y fue Ronaldo ante Poussin. El penalti de Calero fue otra imprudencia, en la que siguió los pasos que había dejado en El Sardinero. Su capitanía fue un reflejo del Zaragoza en Orriols, desnaturalizado el equipo, privado de identidad, vencido antes de perder.
En el quinto gol, Carlos Espí voló por encima de Jair, que perdió el partido en todos los terrenos. También en sus mejores registros. Formado en la cantera del Levante, pretendido también por el club granota en el mercado invernal, vivió en el Ciutat una de las tardes más dolorosas de su carrera. El Levante no necesitó acelerar para vencer y se relajó tanto que le dio la opción al Real Zaragoza de maquillar el marcador. No pareció casualidad que Pau Sans y Mario Soberón firmaran los goles del Real Zaragoza, en una pista que debe servir a Gabi Fernández como lección. Este Zaragoza no puede permitirse el lujo de prescindir de dos futbolistas esenciales. Mario Soberón lo es por su gol, su olfato y su oportunismo. Pau Sans por su regate, su energía y su valentía.
El Real Zaragoza inicia hoy una de las semanas más importantes de su historia. En el horizonte, está la SD Huesca y uno de los derbis más dramáticos de siempre. En su hoja de ruta, dejar atrás uno de los partidos más dolorosos del curso. Y, al mismo tiempo, revisar sus errores, con la meta de que nunca más vuelvan a repetirse.