ZARAGOZA | El fútbol descubre a menudo historias que no están escritas. La de Rafinha Baldrés es una de ellas. Hace poco más de un año jugaba en el Épila en La Tercera División Aragonesa. Hoy disputará la previa de Champions ante un campeón de Europa: el Steaua de Bucarest (19:30 h). Niño prodigio, pasó por las canteras del Liverpool, Everton, Celtic de Glasgow, Espanyol o Mallorca hasta regresar al territorio aragonés sin las mismas promesas. Llegó a perder la fe en el fútbol, pero abrazó la oportunidad que le dio el Inter D´Escaldes. Un año después de su marcha, Baldrés repasa para SPORTARAGÓN una temporada que lo ha cambiado todo, en la que ha vuelto a volar. Y lo hace en la previa del partido más importante de su vida.
¿Qué hace un chico como tú en un sitio como ese?
Creo que estoy persiguiendo un sueño, incluso cuando podía parecer más lejano que nunca. De pequeño todos soñamos con jugar la Champions League, con escuchar esa sintonía que nos sabemos de memoria. Aunque sea en una fase previa de la competición, hoy podré acariciar ese deseo.
En solo un año has pasado de recorrer los campos de Tercera División a una oportunidad única. ¿Cómo surgió la posibilidad de llegar a Andorra?
El verano pasado un compañero me ofreció la posibilidad de ir a entrenar al Inter, al mejor equipo de la liga andorrana. Creo que les gustó desde el principio mi forma de jugar y conseguí convencerles poco a poco. Me dieron una gran oportunidad y me hicieron una oferta que no podía dejar escapar. Sabía que si durante la temporada lográbamos el título podríamos jugar un partido como el de esta tarde. Reconozco que es un objetivo que tuve desde el principio en la cabeza. Es un gran escaparate, uno de esos partidos que siempre quise jugar.
El Inter D´Escaldes construyó un proyecto ambicioso para recuperar el trono en Andorra. ¿Cómo ha ido la temporada, cuáles han sido las claves de este equipo?
Ha sido una temporada increíble, en la que hemos ganado La Liga y La Copa. Hemos sido un equipo muy sólido y fiable, que supo asimilar las ideas de nuestro míster y plasmarlas en la competición. Nos entrena Felip Ortiz, que parte de la Escuela de La Masia, y ha sido capaz de trasladar sus conceptos al fútbol andorrano. Desde muy pronto todos supimos lo que teníamos que hacer. Fuimos capaces de unirnos, de creer en una idea y pensar en el juego colectivo. Creo que el factor que nos diferencia es nuestra presión: muy alta, adelantada y agresiva. Ese matiz nos permite robar arriba y generar muchas situaciones de peligro. Este año hemos tenido futbolistas que han jugado en el primer nivel, como Roberto Torres, Marc Juncà, José García… Otros que han estado a un gran nivel, como Sascha Andreu, Guillaume López, Damiá Sabater… Hemos demostrado que somos un muy buen equipo.
El salto de Rafinha Baldrés
¿Ha sido el mejor año de tu carrera?
Probablemente, sí. He marcado 16 goles, he dado 10 asistencias y he sido importante en los partidos de la verdad. Lo he hecho en una temporada que servía para ponerme a prueba, para mostrar si estaba preparado para el siguiente nivel. Salía de casa otra vez y me tenía que adaptar a un contexto diferente. He evolucionado, he logrado mejorar y ser, a la vez, el mismo jugador que siempre he sido. Pero estoy feliz fundamentalmente por otra cosa: por los triunfos y títulos que hemos logrado a nivel colectivo.
¿Qué supone para ti jugar en un estadio como este, ante un equipo como legendario como el Steaua?
Para mí es una oportunidad muy grande, un estadio que no creo que pueda olvidar. Ayer lo vimos vacío y el Stadionul Ghencea impresiona. La ocasión es muy especial también por el rival al que nos enfrentamos. El Steaua de Bucarest logró levantar una Copa de Europa en su momento y es un clásico de esta competición. Sabemos que tiene una buena generación de jugadores y que querrá mandar en su casa. No será sencillo. El rival nos podrá someter en determinados tramos, pero nuestra idea es la de ser siempre protagonistas.
¿Cómo planteáis el partido?
Nuestra intención es jugar como si fuera un partido más, por mucho que sepamos que es uno muy distinto a todos los anteriores. Habrá más nervios, más intensidad, un rival de mucho nivel y más ganas que nunca. Pero tenemos que ser fieles a nuestra idea. Este equipo está pensado para robar alto, para ser protagonista con el balón y para manejar los tiempos del partido. Sabemos que será difícil, pero viajamos a Rumanía para dejar nuestro sello.
¿Es el partido más importante de tu vida?
Sí, es el mayor escenario en el que he jugado hasta ahora.
Nos dijiste el año pasado que el fútbol te debía algo, ¿crees que con un partido como el que se juega esta tarde la ha empezado a saldar?
No, todavía no la ha saldado del todo. Creo que estoy preparado para más. No me quedo solo con lo que he logrado esta temporada. Siento que estoy hecho para jugar a un nivel más alto. Y tengo este partido para demostrarlo.