ZARAGOZA | El Real Zaragoza tiene muchos defectos, pero fundamentalmente un lado débil. El 40% de los goles recibidos en la temporada han llegado desde el perfil izquierdo de su defensa, ya sea en situaciones de juego en movimiento o en acciones de estrategia.
De los 55 goles recibidos al menos 22 parten de ese costado. La tara parece ya sistémica y se repite, con independencia de los sistemas y de los intérpretes. Y admite dos ejemplos representativos y muy concretos. El primer gol recibido en la temporada, ante el Cartagena, y el último, frente a la SD Huesca, partieron desde ese lugar.
El Real Zaragoza, diferentes sistemas y una misma carencia
En la temporada, tres entrenadores han pasado por el banquillo del Real Zaragoza, cuatro si se tiene en cuenta la interinidad de David Navarro. Todos ellos quisieron paliar una laguna visible a ojos de todo el mundo, buscada y explotada también por los rivales. A partir de ese vacío se entiende mejor la búsqueda de un sistema que tapara esa herida. Con tres centrales y carrileros los rivales encontraron también el intervalo entre el central de fuera y el carril. Con cuatro defensores, los oponentes potenciaron la superioridad por fuera y buscaron muy especialmente un lugar sobre el que el Real Zaragoza puede atacar más, pero que defiende objetivamente peor.
Durante el curso, el equipo ha probado soluciones diferentes. Dani Tasende partió como el lateral titular. Bipolar e incontenible, ha mostrado una vocación ofensiva especial, recursos para improvisar y modificar la suerte. Solo por su cuenta ha sido capaz de generar ocho goles, entre asistencias y goles. Pero, al mismo tiempo, ha mostrado una indisciplina evidente, ya sea en el duelo individual o afectado por la escasez de ayudas por parte del extremo.
La opción de Enrique Clemente tampoco ha fortalecido demasiado al Zaragoza. El zaragozano se mantiene como el cuarto futbolista de la categoría con mayor número de acciones fallidas por partido. Con él sobre ese perfil, el equipo ha parecido también vulnerable, débil en el cuerpo a cuerpo, frágil en el choque individual. Tampoco mejoró en la única ocasión que tuvo Carlos Nieto, vencido en carrera, en un cara a cara muy visible con Waldo Marco.
Cambio de perfil y una apuesta valiente
El recurso de Calero a pie cambiado nunca ha surtido efecto. Víctor Fernández lo estrenó ante el Deportivo de La Coruña y se ha convertido en un recurso habitual de Gabi Fernández. Gerard Valentín lo hizo especialmente visible, con su regate de siempre y un primer paso difícil de defender. Ante el Huesca, en ese tramo del campo, coincidieron muchas variables. Ese lugar es claramente el punto débil del Real Zaragoza. Ahí actuaba además el futbolista más desequilibrante de la SD Huesca, ante un Calero que ahora mismo podría fallar en cualquiera de los dos perfiles.
Frente a ese defecto surge una respuesta: la apuesta por Dani Tasende. Puestos a defender mal al Zaragoza le conviene utilizar al lateral que mejor ataca, al jugador más específico de esa posición. Al margen del recurso más natural, el diagnóstico es evidente: el Real Zaragoza tiene un eslabón débil, una herida recurrente.