ZARAGOZA | El Real Zaragoza afronta el último día de junio con muchos frentes abiertos y mil temas pendientes. En un año en el que el Real Zaragoza afronta un traslado incómodo al Estadio Modular, ninguno de los asuntos parece más complejo que la grada de animación. La cuestión se ha convertido ya en una materia central de esta campaña de abonados y en el lugar de una sospecha: ¿hay grietas en las esquinas de la sociedad?
Las declaraciones de Natalia Chueca en las que rechazaba tajantemente un sector de animación cambiaron por completo el escenario. Como ya contamos entonces, en el club sorprendió su afirmación. Quien ve desde fuera ese contexto baraja dos escenarios. Y ninguno es alentador. En el primero no habría una comunicación fluida entre todas las partes que integran esa rueda. En el segundo alguien no dice toda la verdad. Si desde el club no se da por perdida la grada de animación, en la alcaldía se declara que nunca estuvo prevista. El Real Zaragoza trabajó con una previsión: que sí que la hubiera. La duda está ahora en si podrá mantenerla ante la catarata de acontecimientos.
La campaña de abonados, esta semana
El Real Zaragoza afronta un periodo lleno de aristas y la reubicación de sus aficionados es un foco troncal. Los números dicen unas cosas y las sensaciones otras. El curso pasado hubo 24.000 abonados y en El Estadio Modular solo caben 20.000. La previsión es que haya muchas bajas, pero a estas alturas del juego son muy difíciles de calcular. Lo lógico sería premiar la antigüedad, pero es un tema en el que resulta prácticamente imposible ganar o acertar del todo. Y tampoco esta propiedad ha conseguido expresarse siempre con transparencia.
El cisma de la grada de animación se escenificó ayer también en las redes sociales, en un mensaje en el que Gol de Pie se posicionaba con claridad. Se intuye, además, que esa grada ha podido retrasar más la campaña de abonados que la reubicación de los aficionados. Todo indica que Fernando López llegará otra vez tarde a los plazos que él mismo se marcó, como ya ocurrió al inicio del verano. El club debe alcanzar los permisos de tres cuerpos de seguridad: policía, bomberos y protección civil. Y ni siquiera con eso, la grada está completamente asegurada.
Hay gestos simbólicos y bonitos que acompañarán a la campaña de abonados, que hoy parecen menos importantes al lado del conflicto que se avecina. Se esperan temáticas emotivas en la presentación del plan de la temporada que viene. El reciclaje de las butacas o un adiós muy emocionante y cinematográfico a La Vieja Romareda. Pero antes de que esos detalles se puedan disfrutar, conviene resolver otra cuestión central esta semana: la grada de la discordia.