ZARAGOZA | El fútbol tiene un ritmo cíclico y se presta al cambio de cromos. Eso explica la historia que ahora vive Juan Sebastián, que seguirá la estela que podría dejar Marcos Luna. Sebastián, de 23 años, está ante su gran ocasión en el Real Zaragoza. El club ha activado una opción de renovación que guardaba para él y ha anunciado de manera oficial su contrato para las dos próximas temporadas. El canterano de 23 años está ante un momento decisivo, a un paso de su sueño de siempre: ser futbolista del Real Zaragoza a todos los efectos.
Juan Sebastián ha vivido un año clave en su maduración. Su cesión en Alcorcón le ha enseñado a competir de manera integral, a forjar una armadura invisible. Fijo en el lateral, en Santo Domingo se ha consolidado como un lateral de garantías, prometedor, completo. A su capacidad innata para progresar le ha añadido una evolución especial: se ha convertido en un gran defensor. Si en su formación se le adivinaban algunos defectos, podían llegar precisamente en esa faceta. Ahora, a partir de un trabajo sostenido, es también un especialista en el marcaje.
El canterano debutó en el Real Zaragoza en la última jornada del curso pasado, en la 23/24. Lo hizo frente al Albacete, en La Romareda, en el adiós de Gol Sur. A ese premio le siguió un hasta luego y una prueba en el fútbol de verdad. En Alcorcón la ha superado con nota, en un año en el que ha vivido muchas cosas. Entre ellas, una rotura parcial del menisco. Bastó poco más de un mes para verle volver como si nunca hubiera faltado. Los números demuestran que la frase anterior no es una licencia. Con el Alcorcón ha jugado 28 partidos (todos como titular) y ha repartido cuatro asistencias. Fino, técnico y con alma de enganche, revisar su trayectoria sirve para entender que es un jugador en movimiento, en plena evolución.
La evolución de Juan Sebastián
Juan Sebastián no es lo que parece, pero sí parece lo que fue. Su estética siempre recordó a la de un trequartista, a un futbolista creativo. Y exactamente ese era el lugar que ocupaba en el Casablanca y que le llevó al Real Zaragoza en Infantil B. Ante la cantidad de jugadores que había por dentro, al llegar a La Ciudad Deportiva le ubicaron en la banda. Juan Sebastián hizo de ese sitio su lugar para siempre. Primero como extremo y después como lateral.
En La Ciudad Deportiva mostró sus condiciones físicas, una zancada elástica y veloz, casi líquida. Se aplicó en los básicos y creció gradualmente en conceptos defensivos, hasta usar las manos para proteger su espacio, para ganar ventajas secretas en todos los duelos. En el camino ha sabido seleccionar esa virtud natural que siempre tuvo. Y en el último tercio a menudo recuerda el futbolista que fue, los recursos de su infancia. Vuela y sabe improvisar, con piernas para la banda y talento para los pasillos.
Aplicado y maduro, Juan Sebastián está ante su gran ocasión, su pretemporada. Ha alcanzado esa oportunidad porque el chico que sabía hacer cosas extraordinarias, aprendió a hacer también las ordinarias. Porque cuando sabía usar los pies, entendió que debía utilizar también las manos. Y todas esas lecciones le deben servir para convencer a Gabi Fernández, en el verano más importante de su vida.