ZARAGOZA | El final del encuentro en el Ibercaja Estadio dejó una imagen prometedora. No se basó en el resultado, sino en una suma propia y especial. El Real Zaragoza acabó el partido con cinco futbolistas que se han formado en su cantera: Juan Sebastián, Raúl Guti, Francho Serrano, Hugo Pinilla y Marcos Cuenca.
A esa cifra hay que añadirle otras dos situaciones excepcionales. Pau Sans se perdió esa fotografía, pero fue titular en el encuentro. Sí que estuvo en ese cierre Yussif Saidu. Al ghanés no se le considera un canterano al uso, pero su primer registro en Zaragoza llegó en el último año de juvenil, hace tres temporadas. El caso de Saidu, que merece otro capítulo propio, sirve como una nota al pie en un final de partido alentador. En ese cierre se esconde un valor simbólico, patrimonial. También una ilusión: se espera que todos ellos sean futbolistas importantes en esta temporada, con un lugar estratégico en el Zaragoza que viene.
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El Real Zaragoza y sus cinco nombres de cantera en el final
Juan Sebastián es, cuatro partidos después, el mejor lateral del grupo. Sin discusión. Elástico y con una zancada propia, guarda la marca y en campo contrario se atreve a inventar. Frente al Valladolid cuajó su mejor partido en este inicio y da la sensación de que su evolución nunca se detiene. Ni Francho Serrano ni Raúl Guti han vivido un buen comienzo de curso, pero su peso en esta plantilla queda fuera de toda duda.
Tampoco pudo agitar el encuentro a su manera Pau Sans, que busca su sitio en una temporada que fue compleja para todos sus compañeros de cantera: la segunda. A cambio, Marcos Cuenca supo tomarle el relevo, solo cinco días después de ser confirmado en la plantilla cuando se esperaba marchar. Vertical e incisivo, aceleró a banda natural y desequilibró un partido que tuvo más peleas que regates. Y en el final resta otro nombre, la gran ilusión: Hugo Pinilla.
El cachorro juega al fútbol con una sutileza especial, con la naturalidad que solo da el talento. Hábil para resolver las cosas por su cuenta, Pinilla se integra en el fútbol colectivo y maneja el lenguaje del pase. Capaz de saltarse etapas con facilidad, probó su descaro en un gesto que solo está en la cabeza de algunos privilegiados. Faltó poco para que encontrara su destino, pero pareció una promesa de lo que está por llegar. Ante el Valladolid quedó una idea fundamental. Tuvo poco tiempo, pero pudo demostrar que juega mucho.
Ante el Valladolid, el Real Zaragoza no supo vencer. Pero sí que pudo alcanzar una victoria silenciosa: las huellas de su cantera siguen vigentes.