El Real Valladolid cambia de manos. Horas antes de cerrar una de sus temporadas más difíciles, el club ha anunciado oficialmente que Ronaldo Nazário, su presidente y principal accionista desde 2018, ha vendido su participación mayoritaria a un grupo de inversión norteamericano liderado por Gabriel Solares. La operación, valorada en torno a 50 millones de euros, marca el punto final de una etapa que arrancó con ilusión y termina con un nuevo descenso a Segunda.
Ronaldo adquirió en su día el 51% del club por poco más de 30 millones. En estos seis años ha vivido momentos de gloria, como dos ascensos a Primera, pero también ha sufrido tres descensos, el último en esta temporada 2024-25, considerada ya como la peor campaña del club en la élite.
Ignite, el nuevo timón del Valladolid
El nuevo propietario del Pucela es el fondo Ignite, compuesto por inversores de México, Estados Unidos y España, con Gabriel Solares al frente. Este empresario, muy conocido en el fútbol mexicano tras su etapa en el Querétaro, no tiene vinculación directa con el Grupo Pachuca, que ya posee el Real Oviedo, aunque sí mantiene lazos de amistad con algunos de sus miembros.
Los planes de Solares son ambiciosos: estabilizar económicamente al club tras el golpe del descenso, profesionalizar su estructura interna y, como gran objetivo, lograr un regreso sólido a Primera División. Según fuentes cercanas, el nuevo grupo busca “honrar la historia del club y fortalecer los valores que lo identifican”.
Primeros movimientos tras la compra
La operación, que ha contado con el respaldo del prestigioso despacho jurídico de Julio Senn, persona de confianza de Ronaldo, ya ha tenido consecuencias en el plano deportivo. La primera ha sido la salida de Kenedy, cedido al Grupo Pachuca sin coste salarial, una decisión tomada por la nueva directiva antes incluso de que se consumara oficialmente la venta.
Se espera una profunda reestructuración deportiva y operativa en las próximas semanas. El club quiere sentar las bases de un proyecto sostenible y ambicioso que conecte con la afición y ponga fin a los vaivenes de los últimos años.
Luces y sombras del mandato de Ronaldo
El balance de Ronaldo al frente del club es mixto. Llegó en 2018 como un revulsivo mediático y empresarial, logró dar visibilidad internacional al club y consiguió dos ascensos a LaLiga EA Sports. Sin embargo, no ha logrado consolidar al Valladolid en la élite: tres descensos, cinco entrenadores distintos y una gestión deportiva cuestionada han empañado su legado.
Este último curso ha sido el más duro. El equipo no logró la regularidad necesaria, y el descenso a Segunda ha sido el golpe definitivo. Ronaldo se marcha agradeciendo a la afición, a los medios y a todos los que han acompañado su proyecto. Pero también lo hace dejando una herencia complicada para sus sucesores.
Un nuevo horizonte para el Pucela
Con este cambio, se abre una nueva etapa para el Real Valladolid. Un club histórico que, pese a los altibajos, sigue contando con una afición fiel y una ciudad volcada con su equipo. El reto del grupo Ignite será construir desde la estabilidad y el profesionalismo, algo que los últimos años no han conseguido consolidar.
El Consejo Superior de Deportes aún debe dar el visto bueno administrativo a la operación, pero todo indica que es cuestión de días. El Pucela ya no es de Ronaldo. Empieza el proyecto Solares, con muchos ojos puestos sobre él… y un objetivo claro: volver y quedarse en Primera.