ZARAGOZA | A falta de tan solo dos minutos para el final del partido, Samed Bazdar se plantó frente al portero. Con el 1-0 en el marcador y con todos los focos sobre él, se nubló. Aquello que hace un tiempo hacía como el mejor, ahora parece haberse vuelto en su contra. Su jugada pedía un disparo antes que un regate o un pase al segundo palo donde esperaba Adu Ares completamente solo. Su decisión fue mala pero tras el pitido final no pudo ser peor. El Sporting igualó en la siguiente acción y Bazdar quedó en el centro de todas las dianas.
Ya recuperado de la lesión que lo tuvo fuera de los terrenos de juego durante más de un mes, el bosnio parece otro. Su fútbol preciso y fino en todos sus sentidos se ha convertido en desacertado y torpe en todas sus formas. Como si los fantasmas de una posible recaída lo hubieran convertido en un futbolista inseguro y falto de confianza. La fatídica jugada de la discordia reúne todos los aspectos que denotan un cambio en el comportamiento de Samed Bazdar.
Una vez recoge el balón en carrera, se marcha hacia fuera en vez de orientarse hacia dentro y buscar el área rival. Esos segundos de indecisión dan tiempo a que la defensa rival retroceda y cierre rápidamente. En ese punto, el disparo con pierna zurda o incluso con su pierna hábil es una opción pero la más factible y sencilla era la de servirle en bandeja el gol a Adu Ares. El canterano del Athletic, libre de marca y a bocajarro, le pidió el balón al bosnio pero este nunca llegó. Bazdar decidió esperar a Róber Pier en un intento por dejarlo en el suelo pero este jamás se venció. Ya sin espacio, disparó mal y flojo para que Yáñez tan solo tuviera que recoger el balón.
Una acción al alcance de pocos
El Samed Bazdar que todo el zaragocismo conocía parece haber desaparecido pero en él quedan cosas que demuestran como el bosnio es uno de los mayores talentos de la Segunda División. Alrededor del minuto 70 de encuentro, Bazdar recogería un balón cabeceado por Liso para después regalárselo a Dani Gómez. Al primer toque y con un jugador del Sporting encima suyo, se inventó un pase con el exterior hacia el ex del Levante. Este definió forzado y no pudo convertir la jugada en gol pero el toque sutil y elegante de Bazdar fue una maravilla.
Una acción que muestra el talento presente y el futuro potencial que atesora el atacante zaragocista. Más como segunda punta que delantero referencia, el Real Zaragoza tiene en sus manos a una verdadera joya a la hay que darle tiempo para que coja forma. Sin prisas y paso a paso podemos estar hablando de un futbolista que puede dar muchas alegrías a todo el zaragocismo.