«A principios de agosto de 2002 comenzó un viaje al que hoy, 14 de agosto de 2023, pongo punto final. Ha sido un viaje precioso. Un viaje que se ha alargado 21 años y que miro hoy con nostalgia porque ha sido mucho mejor de lo que pude soñar cuando era tan solo un niño que tenía la ilusión por convertirse en jugador de baloncesto», explica el base zaragozano en su primer párrafo de despedida.
Echando la mirada atrás y «aún sin la perspectiva suficiente», también se muestra orgulloso y satisfecho por el trabajo que ha realizado. Intentado «siempre ser una persona honesta con los que me rodeaban«, así como su implicación «en cada proyecto en el que he estado con todo lo que tenía y creo que ese ha sido mi mayor éxito».
San Miguel afirma sentirse «enormemente orgulloso» de que sus hijos, Rodrigo y Daniela «hayan podido ver a su papá encima de una cancha de baloncesto disfrutando y dando siempre el cien por cien por su pasión». Tiene palabras para su mujer Marta, a quien le da las gracias en mayúsculas «por empujarme cada día a ser mejor jugador». El zaragozano tiene un recuerdo para todos aquellos con los que a lo largo de su trayectoria deportiva ha tenido contacto y también para toda su familia.
Decisión meditada
«No os voy a mentir. El asumir que no voy a volver a pisar una cancha de baloncesto aún me cuesta. Llevo unas semanas dándole vueltas a esta decisión y probablemente retrasando estas palabras aun sabiendo que es inevitable, pero la vida son etapas y sé que es el momento de cerrar la que probablemente vaya a ser la etapa más bonita de mi vida. Es una decisión meditada y estoy convencido de que es necesario hacerlo ahora para seguir creciendo a nivel personal y profesional», afirma. San Miguel anticipa su intención de seguir unido al baloncesto para concluir con: «The show must go on!!!!».