El Huesca se ha asemejado en la primera mitad a ese equipo efervescente del comienzo del campeonato y ha pasado por encima de los gallegos en 45 minutos de mucho empaque. Tras el descanso, el orden ha suplido al fútbol y tampoco se ha pasado tan mal. El fantasma de Ortuño ha sobrevolado El Alcoraz pero se ha alejado sin asustar a los oscenses. Otro enemigo que ha entregado el blasón ha sido el calor, al que los de Anquela han hecho frente dosificando esfuerzos. El sol no ha resultado tan traumático como se temía.
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Un partido con tantos partidos dentro, como una muñeca rusa, ha enseñado a un Huesca enchufado desde las escaleras del túnel de vestuarios. Entregado en la presión y seductor con la pelota, combinando por fuera, vistoso y al primer toque, ha avisado al Lugo de que sería una tarde larga e incómoda con un primer cabezazo de Aguilera, que hoy no solo se ha hartado de robar como los malos políticos sino que también se ha animado a subir al ataque. El madrileño mejora a los que le rodean; agradece su vuelta, sobre todos, un Melero con más libertad para adelantar su situación.
Si Aguilera aglutina, Samu es una manada. Ha hecho el 1-0 como el que reinicia el ordenador cuando se cuelga. El tanto ha nacido de una acción por la izquierda entre Vadillo y Brezancic. Tras el servicio del serbio, Samu se ha acomodado la pelota y la ha enviado junto al palo derecho de un Roberto que solo ha podido hacer la estatua. Van 11. Latigazo marca de la casa y ventaja que no se ha podido ampliar pese a los continuos intentos locales. Ya fuera por lo manso de sus disparos, ya por la falta de precisión en el último pase, ha cundido la idea de que el marcado era muy corto al descanso.
El Lugo no ha dado mayores noticias. El empate tampoco le servía de nada pero se ha lanzado tras el receso a por una igualada que solo le habría dado algo de prestigio y odio eterno en la capital oscense. Luis César Sampedro ha refrescado su once más rápido que Anquela y eso le ha concedido cierto empuje sin que Sergio Herrera, un imán toda la tarde, haya sufrido por sus guantes más que por mantener el peinado. El 1-0 permanente ha arrastrado cierta incertidumbre mientras las piezas se iban cayendo por puro agotamiento. Primero Vadillo y poco después un Borja que ha dado el susto cuando ha girado mal la rodilla al caer y solo sufría un cansancio infinito.
Con Iriome y Sergio Gil como amenazas más palpables, los lucenses se han ido apagando cuando veían que hacían poca pupa y los relevos en el Huesca ponían más ladrillos en la muralla. Ni los ¡seis! minutos de prolongación decretados por Cuadra Fernández han dado alas al espíritu de Ortuño ni han servido para fotocopiar las malas sensaciones con Girona, Tenerife y UCAM. El gran Huesca se recupera para jugarse la temporada y espera favores ajenos para que la campaña siga más allá de Numancia y Levante.
FICHA TÉCNICA
SD Huesca: Herrera; Akapo, Carlos David, Jair, Brezancic; Aguilera, Melero; Vadillo (Alexander, 66’), Ferreiro (David López, 78’) , Samu y Borja Lázaro (Vinícius, 71’).
Lugo: Roberto; Jordi, Carlos Hernández, Miquel, Kravets; Seoane, Sergio Gil (Pita, 61’); Iriome (Escriche, 76’), Fede Vico (Yelko Pino, 46’), Campillo y Pablo Caballero.
Gol: 1-0, minuto 5, Samu.
Árbitro: Guillermo Cuadra Fernández, del Colegio Madrileño. Ha amonestado al jugador local Aguilera (91’) y a los visitantes Jordi Calavera (37’) y Sergio Gil (58’).
Incidencias: Partido de la 40ª jornada de Liga de Segunda División disputado en El Alcoraz ante 4.500 espectadores. Tarde muy calurosa y con viento y terreno de juego en buenas condiciones.
Grande Samu
Grande Huesca