ZARAGOZA | El Real Zaragoza ha confirmado este miércoles que el futbolista Sebastian Kóša deberá ser intervenido quirúrgicamente por una lesión en el menisco externo de su rodilla derecha. La operación se realizará este viernes 31 de julio, y supondrá un nuevo contratiempo para el joven central eslovaco, que volvía a preparar el curso con la ilusión de ganar protagonismo.
No obstante, toda lesión de rodilla genera preocupación, el diagnóstico médico apunta a que el pronóstico es favorable dentro de la gravedad. En casos similares, el tiempo estimado de baja suele situarse entre un mes y mes y medio, contando operación, recuperación y proceso de readaptación. Algunos futbolistas, como Juan Sebastián, regresaron incluso en menos de 20 días tras un procedimiento de artroscopia. Así, el club ha indicado que la evolución del jugador marcará los plazos concretos y su incorporación progresiva al grupo. Como es habitual, el comunicado se emite con el consentimiento del futbolista, que ya ha comenzado la cuenta atrás para su recuperación.
Este nuevo problema físico llega en un momento clave para el futuro de Sebastian Kóša, que no ha tenido continuidad desde su llegada a Zaragoza. La temporada pasada apenas pudo contar para los distintos entrenadores del equipo, en gran parte por una lesión en el tobillo (maléolo externo) que lo mantuvo casi tres meses fuera de los terrenos de juego. Su presencia fue testimonial: apenas tres titularidades a lo largo del curso, con un papel muy secundario.
Durante este verano se había especulado con la posibilidad de una salida, una cesión que pudiera darle minutos lejos de La Romareda. Sin embargo, esta lesión parece truncar de forma definitiva esa vía en el corto plazo. Ahora, el central deberá centrarse en recuperarse y ponerse a punto para cuando vuelva a estar disponible.
Una sensación a medio camino para Sebastian Kóša
Dentro del vestuario y el cuerpo técnico se reconoce que Kóša es un chico aplicado, muy trabajador y obsesionado con mejorar. Se entrega en cada entrenamiento y tiene mentalidad de crecimiento. Sin embargo, también empieza a flotar en el entorno zaragocista la sensación de que es menos de lo que se esperaba cuando llegó. Ni el físico ni el juego le han acompañado del todo, y la mala suerte con las lesiones parece perseguirle desde que aterrizó en el club.
Con solo 20 años, Kóša aún tiene margen para revertir la situación. Sin embargo, esta nueva piedra en el camino retrasará al menos un mes más su intento de hacerse hueco en la defensa blanquilla.