HUESCA | Un año para dos temporadas bien diferentes. El BM Huesca cierra una primera vuelta cosido por los problemas. Tendrá que esperar a 2025 para salvar la categoría. Ahora mismo vive un momento complicado ya que cierra la ASOBAl, no ha ganado un partido en casa y los principales rivales empiezan a poner tierra de por medio; más que por puntos, que también, porque si se miden estos en partidos, Benidorm, décimo tercero, le saca dos partidos y medio.
Pero vayamos por partes porque como todo en la vida, el hoy suele tener un ayer. Y siempre hay un antes en el siete altoaragonés que (casi) todas las temporadas pierde a uno o más jugadores de los que destacan por lo que le obliga a remodelar la plantilla. El balonmano es un juego de brazos y piernas, pero la cabeza es fundamental. Aquí, cositas de cara a la galería, pocas. Aquí lo que hay es mucho curro, muchas repeticiones para conseguir los automatismos necesarios para plasmarlos en partidos. Y eso implica tener jugadores… lo que le ha faltado en la segunda mitad del año.
La 23/24 se cerró con el BM Huesca en la octava posición, gracias a una segunda vuelta –¡ay esas segundas vueltas!- espectacular. Y allí descansa la confianza en que va a enderezar el rumbo. El objetivo del equipo es siempre el de la permanencia. Una vez conseguida es cuando se permite soñar. Y, quizá, con ese octavo puesto, se soñó para un año histórico: el de los 30 años del club. Ese deseo y la obligación de cambiar fichas -se marcharon Gucek, Mosquera, Dijà, Terçariol y Floris, del que se esperaba mucho esta temporada, dio la espantada cuando se iba a iniciar la pretemporada- se montó un nuevo equipo… que pronto se fue al traste.
Y la pinta era golosa. Una de las piezas claves en este deporte descansa en el puesto de pivote y la pinta era sensacional. Atrás, uno de los mejores de la temporada anterior: Rodrigo Benites. Para atacar, una de las promesas más firmes del balonmano nacional: Artur Parera. Se ficharon dos laterales zurdos puros, así como un extremo derecho de gran proyección y se depositó la confianza bajo palos en Gabor Decsi –hijo del férreo Gabor Decsi- como pareja de Dani Arguillas.
La pretemporada fue más que correcta, con resultados esperanzadores con el más claro ejemplo el dominio sobre Anaitasuna en La Catedral. Pero todo se torció pronto. Lo primero, las obras en el Palacio de los Deportes que obligó a hacer la pretemporada sobre otro parquet, a jugar los primeros partidos fuera de casa y a afrontar un duro calendario consecutivo fuera del abrigo de la afición.
Y como las desgracias nunca vienen solas y el balonmano español sigue por derroteros absurdos, iniciada la campaña, León fichó a Rodrigo Benites. Si el juego empieza por la defensa, la clave de bóveda desaparecía y con él, el andamiaje. Más cuando Teixeira, veterano con galones y específico en el 6:0 se lesionó de larga duración. Y ya se sabe que las desgracias nunca van solas, así que Meris, que había dejado muy buenas impresiones, tampoco ha podido ayudar en la primera vuelta… y el extremo Rodríguez recayó de su lesión en el partido con el que debutó.
Agujero en defensa
Tocó mover ficha. Regresó Carlos Molina y se lesionó con lo que el centro del 6:0 hubo que fiarlo al chico para todo: don Ian Moya escoltado por los hermanos Cordiés. Pero el pundonor no puede todo en un equipo, además, previsible en ataque: cuando se cortocircuita la conexión con el pivote todo es un problema y solo queda la esperanza de los escasos latigazos de Frank Cordiés y las individualidades. Así es muy difícil, y aún y todo, el Bada Huesca ha logrado cinco goles menos que Puente Genil, noveno en la tabla.
Ahora, el agujero en defensa se quiere cerrar con el brasileño Fabricio de Souza, un pivote del corte de Rodrigo Benites y el objetivo de alistar a un lateral capaz de jugar los 60 minutos: un jugador que sea capaz de desatascar arriba y cerrar puertas en defensa, pero desde el club se desliza que es una cuestión «complicada». Y con independencia de fichajes, de juego solidario y de suerte, la afición también tiene que ser determinante porque no se puede obviar que en muchas ocasiones el respeto se gana desde la grada y de allí que la entidad haya lanzado para la segunda vuelta la campaña con el lema Juntos.