El equipo volverá al trabajo a las 10 de la mañana a la dinámica de entrenamientos, tras dos días de descanso. Lo hará en El Ibercaja Estadio, en el lugar en el que Gabi Fernández quiere entrenar. No es ningún secreto que no se siente igual de cómodo en La Ciudad Deportiva, donde el terreno admite lagunas y trasplantes inacabados. Para la semana se espera que Valery Fernández pueda incorporarse a la dinámica de entrenamientos y que Keidi Bare pueda probar que está de un modo definitivo para la competición. No es necesario recordar que ante el Valladolid solo calentó la banda y que todavía no se ha estrenado a las órdenes de Gabi Fernández. También se contempla la opción de que Tachi pueda encarar la recta final de su recuperación.
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La semana servirá también para que los últimos en llegar adquieran ritmo y los anteriores completen su pretemporada particular. Gabi Fernández aplaude los registros competitivos de su equipo y valida la idea de que su Zaragoza va a ser duro de pelar. Sobre la marcha, el equipo se asienta sobre su carril central y construye a la carrera una columna vertebral. En ese plan, Insua marca la línea y Yussif Saidu y Paul Akouokou forman una pareja especial, independientemente de que puedan coincidir o no en la misma línea. Raúl Guti parece inamovible y el técnico cree en las soluciones de la segunda línea y en los goles que Dani Gómez ha empezado a encadenar.
Gabi Fernández no quiere alcanzar la primera meta volante de la temporada sin un triunfo que libere a una plantilla recién hecha. En privado, repite una idea que ya ha hecho pública: su Zaragoza necesita tiempo. Y debe aprovechar el oasis que le da esta semana, con más margen que en todas las anteriores. Básicamente porque tiempo es lo que el fútbol no suele ofrecer.
