HUESCA | En una temporada marcada por la renovación casi total del vestuario, Sergi Enrich se erige como uno de los pilares de identidad y compromiso en la SD Huesca. A sus 35 años, el delantero menorquín no solo representa la experiencia dentro del campo, sino también un liderazgo que considera fundamental en esta etapa de transición del equipo azulgrana.
Tras el empate (1-1) frente al Leganés en el debut liguero, Enrich compareció ante los medios desde la Base Aragonesa y lanzó un mensaje claro: los veteranos deben ser los guardianes del ADN Huesca.
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La responsabilidad es máxima
“La responsabilidad es máxima”, confesó sin rodeos el ariete, consciente del rol que le toca asumir en una plantilla en plena reconstrucción. Catorce incorporaciones nuevas, un cuerpo técnico renovado y un proyecto que arranca con muchas incógnitas. Pero si algo tiene claro el ‘9’ azulgrana, es que el grupo humano es fuerte y la ilusión sigue intacta.
“Ha habido muchos cambios que personalmente no esperaba, pero eso ya es pasado. Tenemos un entrenador con muchas ganas y chavales con hambre”, expresó. Y frente a esa juventud emergente, Enrich reivindica la figura del veterano como modelo de garra, orgullo y trabajo silencioso, ese que resume con el lema que define al club: “Fieles siempre, sin reblar”.
“El grupo humano es lo que busca este club”
Enrich fue titular en el estreno liguero frente al Leganés, en un partido que dejó buenas sensaciones colectivas. “Supimos hacer en cada momento lo que el míster quería”, explicó, en referencia al plan de partido trazado por Sergi Guilló, nuevo entrenador del primer equipo.
Según el delantero, la clave está en la mentalidad: “Fuimos valientes, presionando arriba, queriendo tener el balón… Ellos marcaron en la primera que tuvieron. Nosotros lo intentamos y por ocasiones no fue”. Una lectura optimista del inicio de curso que pone en valor el trabajo realizado durante una pretemporada exigente.
Y por encima de nombres y fichajes, Enrich pone el foco en la unidad del vestuario: “Hay un buen grupo humano, que al final es lo que este club busca desde el primer momento. Eso es lo que nos hará llegar al objetivo al final de temporada”.
Un Huesca más vertical y ambicioso
Bajo la dirección de Guilló, la SD Huesca está apostando por un estilo más agresivo. Enrich lo celebra: “Los conceptos son diferentes a los del año pasado: presión alta, bloque alto, tener el balón… Y a mí personalmente me gusta mucho”. Esa identidad de juego más vertical y valiente casa con su forma de entender el fútbol y con la necesidad de enganchar a la afición con un estilo reconocible.
El Mirandés, próximo reto
El calendario no da tregua. Este sábado (17:00, LaLiga TV Hypermotion), el Huesca visita al Mirandés, que ejercerá de local en Mendizorroza por obras en Anduva. Un rival “difícil de analizar” según Enrich, que recuerda que “la semana pasada apenas tenían plantilla, pero han hecho fichajes y veremos cómo llegan”. Aun así, el delantero no se desvía del foco: “Lo más importante es centrarnos en nosotros, mejorar a nivel físico y grupal y seguir con las ideas claras”.
Un regreso motivado por el corazón
Enrich, que regresó al club tras una temporada convulsa a nivel institucional, tiene clara su motivación: “Estoy encantado de estar aquí otra vez, de ayudar a conseguir los objetivos del club”. En ese sentido, también hizo autocrítica sobre la visión del futbolista como una pieza de mercado: “Parece que somos mercancía. Vamos, venimos… Pero somos profesionales y tenemos que estar siempre preparados”.
El mensaje que lanza es claro: compromiso, entrega y cercanía con el escudo. “Quiero que el club y la afición se sientan identificados con mi trabajo”, concluyó minutos antes de lanzarse al césped para una nueva sesión de entrenamiento.
Enrich no marca solo goles. También marca el camino.